Madrid. La Casa Real, y más concretamente el propio rey Juan Carlos, han sido los encargados de atar la marcha de Iñaki Urdangarin a Qatar para ser el ayudante del nuevo seleccionador de balonmano de aquel emirato, el español Valero Rivera. Así se desprende de las declaraciones del embajador qatarí en España, Hamad Bin Hamad Al-Attiya, quien ayer, en el transcurso de un desayuno informativo, confirmó que durante la última semana el monarca español y el emir de Qatar (cabeza de la monarquía absoluta que rige aquel pequeño país del Golfo), el jeque Hamad bin Jalifa al Thani, han mantenido varias conversaciones. En principio, el diplomático aseguró que fueron por cuestiones económicas (básicamente inversiones qatarís en España), aunque finalmente hubo de reconocer que también hablaron "sobre otros temas".

La primera de las conversaciones (a la que siguieron al menos otras dos) se produjo el pasado dos de abril, apenas seis días antes de que se anunciara la posible contratación de Urdangarin. En esa conversación podría haberse atado definitivamente el fichaje de Valero Rivera como nuevo seleccionador qatarí de balonmano con el mandato de que éste pidiera llevarse al yerno del rey como ayudante. Tras esa conversación, el hasta ahora seleccionador español anunciaba su intención de dejar el combinado nacional (pese a que es el actual campeón del mundo) para marcharse a Qatar (su selección sólo ha ganado tres partidos en su historia) justificando un hecho administrativo: próximamente hay elecciones a la federación y la nueva junta debería ratificarlo. Eso sucedió el pasado fin de semana, dos días después salía a la luz el fichaje estelar de Urdangarin.

Ya se sabe que mientras esté en Qatar (hasta 2015), el ex seleccionador español cobrará 1,5 millones de euros, aunque la pregunta es cuánto cobrará Urdangarin. Algunos expertos cifran su minuta en cerca de medio millón de euros por año.

Las conversaciones entre los monarcas se habrían repetido el lunes 8 y ayer mismo.

Versión oficial Formalmente y según la versión de Zarzuela, los contactos entre el rey y el jeque qatarí se explican porque el monarca habría intentado favorecer una venta de la empresa pública Navantia a la Marina qatarí para la compra de cuatro corbetas, seis patrulleras, y un barco de apoyo. Estas conversaciones serían, supuestamente, la continuación de una carta que, sobre la misma materia, el monarca envió al emir, a quien le une una estrecha amistad, el pasado 1 de marzo (dos días antes de su operación de columna).

En esa misiva, el jefe del Estado subrayaba a su colega la "importancia" que esta venta tendría para Navantia, que atraviesa una situación compleja, le hablaba de la estrecha relación hispano qatarí y le pedía que tuviera en cuenta estos elementos a la hora de adjudicar el contrato.