IRUÑEA. La fractura ha quedado patente en el apretado resultado del Congreso, en el que la presidenta de Navarra fue ratificada como líder de UPN por tan sólo 76 votos, al recibir el apoyo del 51,58 por ciento de los militantes asistentes, frente al 47,72 por ciento de su rival, Alberto Catalán, quien ha advertido que se trata de una diferencia "tan ajustada y mínima" que "hay que saber administrar".
Carlos García Adanero, portavoz parlamentario y exsecretario general hasta ayer, ha reconocido que UPN está "partido en dos, por lo que hay que recomponerlo, coserlo y seguir para adelante", al tiempo que ha apuntado que están "condenados" a entenderse con el PSN/PSOE, partido que salió del Gobierno hace ocho meses por la mala relación de su secretario general, Roberto Jiménez, con la presidenta Barcina.
El expresidente de Navarra y de UPN, Miguel Sanz, ha sido muy elocuente: "No nos podemos engañar a nosotros mismos. Evidentemente los resultados y los porcentajes" hacen ver "que el partido está dividido y que hay que restañar muchas heridas", algunas "muy profundas", ha declarado antes de asistir a la constitución de la nueva ejecutiva del partido.
Barcina, por su parte, ha reiterado, como hizo al finalizar el congreso, su llamamiento en favor de la "unidad", porque "no había ninguna diferencia ideológica" con Catalán y, cerrada la disputa, ahora toca "trabajar juntos y unidos", ha subrayado en una entrevista en el programa "Hoy por hoy" de la Cadena SER.
Al respecto, ha repetido también su invitación a que Catalán se integre en la nueva ejecutiva del partido "y sigamos trabajando juntos por el bien de nuestro partido", donde, según ha indicado, la pugna no ha sido ideológica sino en contra de "la estructura tradicional del partido", en referencia a los históricos dirigentes, como Miguel Sanz, entre otros, que han apoyado a Catalán.
"Todos tenemos la idea de que UPN es el partido clave en Navarra, de que es necesario trabajar juntos", ha dicho la presidenta, quien ha señalado que se va "a esforzar continuamente en eso", en una fuerza política condicionada por su minoría parlamentaria, ya que tiene 19 de los 50 escaños que forman la cámara foral.
En declaraciones a los medios, Catalán ha manifestado que "hay que recomponer la situación interna" y "reforzar" las instituciones donde gobierna UPN, pero sin olvidar que perdió por una diferencia "tan ajustada y mínima" que hay que saber administrarla, ha afirmado sin aludir expresamente a la presidenta.
A su juicio, "es diferente" obtener una presidencia de un partido con una diferencia importante que con el estrecho margen con el que han ganado Barcina, por lo que ha reconocido que el partido "está dividido en un 50 % para cada una de las candidaturas".
El interés de todos los militantes, ha añadido, es conseguir un partido fuerte en todas las instituciones y administraciones públicas y ha remarcado que el ciudadano no debe tener "ninguna repercusión" derivada de la situación del partido.
En cuanto a la situación de Barcina al frente del Gobierno de Navarra, cuya dimisión pidió hace una semana la mayoría de los grupos parlamentarios, ha reconocido que, tras el Congreso, la minoría de UPN "sigue siendo la misma", a la vez que ha emplazado a buscar los apoyos y consensos que permitan que una mayoría.
La situación que vive UPN ha sido valorada hoy por los grupos de la oposición, que han vuelto a pedir la dimisión de Barcina, porque el resultado del Congreso "no cambia nada las cosas" y de la presidenta "seguimos pensando lo mismo", ha declarado el portavoz parlamentario del PSN, Juan José Lizarbe.
Geroa Bai ha destacado que, tras el congreso, el Gobierno de Barcina queda "aún más debilitado"; Maiorga Ramírez (Bildu) ha reclamado la "convocatoria inmediata de elecciones", lo mismo que José Miguel Nuin (I-E), mientras que Enrique Martín, del PPN, le ha pedido buscar acuerdos que garanticen la estabilidad institucional.