Madrid. El ex vicepresidente del Instituto Nóos Diego Torres, durante la declaración que el pasado sábado prestó como imputado ante el juez instructor del caso Nóos, José Castro, aseveró que, una vez la Casa Real instó al Duque de Palma, Iñaki Urdangarin, a abandonar sus negocios relativos al Instituto Nóos, el mensaje que se le transmitió fue que "no se preocupara, que ya le conseguirían consejos de administración y que, por lo tanto, la parte económica la tendría resuelta".
Así lo puso de manifiesto en su comparecencia, cuya transcripción fue notificada ayer a las partes. Respecto al ofrecimiento de la Casa Real, el encausado aseveró que "sinceramente yo creo que eso le honra", puesto que "no quería ser un florero".
Torres recalcó que lo que el asesor externo de la Casa Real y Conde de Fontao "le vino a aconsejar" es que tendría "sus fuentes económicas de donde sea" y que podía dedicarse "a temas relacionados con el deporte, pues por ejemplo a través de una fundación". "Eso le pareció en ese momento buena idea, al señor Romero le pareció estupendo y se empezó a diseñar".