El austríaco Johannes Hahn (Viena, 1957), comisario europeo de política regional, no se cansa de repetir que el caso de Euskadi e Irlanda del Norte son diferentes. Consciente de las suspicacias que este tema genera, y de que la UE es un club de Estados en el que Madrid tiene mucho que decir, mide al milímetro cada palabra que pronuncia. Opina que es complicado que el Gobierno vasco aspire a un programa de ayuda como el Peace, que ha invertido 1.300 millones de euros de fondos europeos en proyectos destinados a impulsar la paz y la convivencia en Irlanda del Norte. Pero de sus palabras se desprende que la puerta de Bruselas está abierta y que hay oportunidades para Euskadi . "Los fondos estructurales están ahí para ayudar en medidas de reconciliación y cohesión social", asegura.
¿Qué posibilidades existen de diseñar un programa similar al Peace para Euskadi?
La situación es distinta. Ya tenemos los programas operativos regionales a través del Fondo de Desarrollo Regional o el Fondo Social Europeo y como recoge el Tratado de Lisboa los fondos de cohesión están dedicados a la cohesión territorial, económica y social. Los programas generales se pueden dedicar a proyectos de reconciliación, medidas para reducir las tensiones sociales o lo que sea... En general, lo importante es mejorar la cualificación de la gente, particularmente de los jóvenes, en términos de capacidad profesional para crear oportunidades de empleo.
¿Se pueden financiar proyectos relacionados con la reconciliación a través de los programas actuales?
La intención de los fondos estructurales es mejorar la situación económica de un país. Se puede hablar de medidas de reconciliación pero tienen que estar orientadas a la creación de empleo y a garantizar el existente.
Teniendo en cuenta que Euskadi tiene un nivel de paro de en torno al 15% y una situación económica más sana que la del Estado español, ¿puede aspirar a un programa Peace?
Sé por mi compañero Laszlo Andor (comisario de Empleo), que ha estado recientemente allí, que la situación es mejor pero desde la perspectiva europea no vemos un conflicto en el País Vasco. Hay que distinguir respecto a la situación en Irlanda del Norte. Hay una gran diferencia.
¿Qué pasos tendrían que darse para que Euskadi pueda solicitar algo similar al Peace?
Repito, no creo que sea realista centrarse en eso. Es mejor negociar y ver si dentro de los márgenes de los programas generales hay algún elemento elegible más centrado en medidas de reconciliación. Por nuestra experiencia, cuanto más fuerte sea la integración económica, mayor sea el nivel de riqueza de todos, más exitosos seamos en esta dimensión, menos tensiones sociales habrá. Cuando se logra un cierto nivel la gente no quiere ponerla en riesgo porque iría en su contra. El éxito de la Unión Europea en el mantenimiento de la paz es la integración económica.
La gran diferencia con Irlanda del Norte es que la UE ha actuado como jugador y no solo como pagador. Ha habido una implicación directa que no se ve en casos como el vasco.
Afortunadamente la situación es distinta a la de Irlanda del Norte. Estamos contentos de que ya no haya un conflicto armado. Sé que hay tensión pero la situación es diferente y la tenemos que abordar de forma diferente. El objetivo de las autoridades vascas debería centrarse en ver cómo utilizar la futura asignación de fondos estructurales para mejorar la situación del conjunto del País Vasco. Será la negociación con la Comisión Europea y con el Gobierno de España la que determinará cómo será el programa operativo para el País Vasco (período 2014-2020).
El Gobierno vasco ha pedido públicamente apoyo y compromiso a la Comisión Europea. ¿Qué le responde?
Tenemos que actuar con cautela. No es nuestro papel intervenir en el debate interno de los Estados porque hay un principio de subsidiariedad en el Tratado según el cual no intervenimos en un lugar en el que no tenemos ni derechos ni obligaciones. No sería aceptable, ni para la gente en el País Vasco ni en Madrid, si la Comisión Europea actúa como el tercer partido en la discusión. Es algo que tiene que ser resuelto entre los dos. Es suficientemente complicado y no lo tenemos que complicar más. En lo que concierne a los fondos estructurales están ahí, pueden ser utilizados, hay oportunidades y puede haber soluciones a medida para las regiones como el País Vasco dentro de un marco. No se puede utilizar para todo. Habrá que canalizarlo hacia el crecimiento y el empleo pero el objetivo es que los ciudadanos en el País Vasco se beneficien.