Ourense. El alcalde de Ourense, el socialista Francisco Rodríguez, fue detenido a primera hora de la mañana de ayer por agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera y trasladado en coche policial a Pontevedra, acusado de un presunto delito de tráfico de influencias, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales en el marco de la operación Pokémon, señalaron fuentes oficiales.
En la misma operación, también fue detenido un funcionario del servicio de contratación del Ayuntamiento de Santiago, informaron fuentes municipales del consistorio compostelano. Paralelamente, efectivos de la Policía también registraron la sede de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.
El regidor fue trasladado al Juzgado de Instrucción número uno de Lugo, el encargado de llevar a cabo la investigación y que dirige Pilar de Lara Cifuentes.
Tras la detención de Rodríguez, la teniente de alcalde, la nacionalista Isabel Pérez, asumió el cargo en funciones tras convocar una reunión de urgencia con toda la corporación.
El secretario general del PSdeG y candidato a la Presidencia de la Xunta, Pachi Vázquez, declaró que "confiamos plenamente en la justicia y plenamente en nuestro alcalde de Ourense". Apuntó que "cuando sepamos de lo que estamos hablando podremos decir más cosas".
Más imputados Por otro lado, Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera arrestaron ayer a por lo menos otras diez personas en el mismo marco de la operación Pokémon. Entre ellos, el alcalde de Boqueixón (LA Coruña), el popular Adolfo Gacio Vázquez, cuatro políticos en Lugo, una en Bueu (Pontevedra), otros dos en A Coruña, uno en Santiago de Compostela-un jefe de sección del servicio de contratación de su ayuntamiento-, uno en Madrid y otro en Asturias. No se descartó que pudiese haber más detenciones, informaron fuentes próximas al caso. Adolfo Gacio, de 58 años de edad, es regidor de Boqueixón desde el año 1991, pero en las últimas semanas se barajaba que abandonaría próximamente esta alcaldía para ocupar un puesto en la secretaría general de la embajada de Venezuela. Se daba por hecho que sería sustituido por Ovidio Rodeiro, actual director general de Juventud, y uno de sus estrechos colaboradores.