Vitoria. El consejero de Economía y Hacienda Carlos Aguirre comparecía el jueves para dar carpetazo al debate sobre la tesorería de Lakua. Después de que la oposición acusara a su Gobierno de dilapidar los recursos públicos, terminó presentando unas cifras que corroboraban el aumento exponencial de la deuda, pero atribuyó la desviación a la "herencia envenenada" de Ibarretxe. El integrante del gabinete de López abundó en el mensaje que el PSE pretende hacer calar en precampaña, y que pasa por sostener que los socialistas han llevado a cabo una gestión más que aceptable teniendo en cuenta el legado del PNV y la complicada situación económica. El presidente del EBB y candidato jeltzale a Lehendakaritza Iñigo Urkullu volvió a revolverse ayer ante ese análisis, y dejó claro en una entrevista concedida a Onda Vasca que su partido no da por zanjada la discusión. En concreto, apostó por proceder a una auditoría externa e independiente para poner negro sobre blanco las cifras de López.

Según fuentes jeltzales consultadas por este medio, la formación aboga por llevar a término esa auditoría si logra gobernar tras las elecciones del 21 de octubre. El estudio tendría como propósito aclarar a la ciudadanía qué ha sucedido durante los tres años y medio de gestión socialista, para que "no tenga dudas" sobre cómo han quedado las cuentas. El informe, según explicaron esas fuentes, también podría determinar la carga financiera que deberá asumir el próximo Ejecutivo por la deuda comprometida por López, que desde el PNV creen que podrá lastrar al siguiente equipo "cinco o seis años".

Que el PNV se decante por una auditoría externa no significa que desconfíe de la labor de los funcionarios o del Tribunal Vasco de Cuentas. Según esas fuentes, el partido optaría por contratar a una firma independiente, con solvencia y credibilidad, para cortocircuitar cualquier acusación de parcialidad o partidismo. Después de que el PSE haya acusado a Urkullu de manipular conversaciones y de poner la credibilidad de Euskadi a los pies de los caballos con fines electoralistas, Sabin Etxea ha llegado a la conclusión de que cualquier análisis no externo podría ser puesto en solfa. El candidato del PNV insistió ayer en que confía en los órganos públicos, pero abogó por reforzar el ejercicio de transparencia con informes de "organismos independientes".

Aunque desde Sabin Etxea insisten en encuadrar exclusivamente la propuesta en su mensaje a favor de la transparencia y de que la sociedad conozca cuáles son los datos reales, la auditoría también permitiría determinar con un sello independiente a qué ha destinado el PSE la emisión de deuda. Ese dato se ha convertido en uno de los principales puntos de fricción entre Lakua y Sabin Etxea ya que, mientras el equipo de López defiende que ha servido para sostener Osakidetza y Educación, los jeltzales dicen que se ha empleado para cubrir gasto corriente. Urkullu incidió ayer en ese aspecto para puntualizar que "hubiera entendido" que se hubiera endeudado para impulsar la inversión, y no para hacer frente al gasto corriente.

La iniciativa de Urkullu volvió a tener rápida respuesta por parte de Lakua, nuevamente a través de un comunicado oficial de Lehendakaritza. El Ejecutivo negó "rotundamente" la falta de información, se remitió a la comparecencia de Aguirre, y sentenció que "no ha habido Gobierno más transparente" en materia económica que el del PSE. Tras asegurar que Urkullu "no ha sido capaz de refutar uno solo de los datos" del consejero, consideró que el candidato ha ofendido "gravemente" la profesionalidad de los funcionarios y la labor fiscalizadora del Tribunal de Cuentas. Ayer mismo, López opinó en Radio Euskadi que su gestión "es un gran aval" para el 21-O, y negó que guarde facturas en el cajón. Las auditorías, sean públicas o privadas, se han convertido en un fenómeno relativamente habitual en los últimos años, máxime cuando se produce un relevo en una institución, o cuando la gestión de un gabinete ha sido cuestionada de forma sistemática por la oposición. Es el caso de la Comunidad Valenciana, que se ha visto forzada a pedir el rescate a Madrid, y que no logra domar su desbocado endeudamiento. Ante ese escenario, los partidos han comenzado a exigir una auditoría para conocer en qué se ha gastado el dinero. Un análisis que permitiría afinar el diagnóstico e implantar medidas para revertir la situación. El propio PNV ha insistido en los últimos meses en que cualquier reflexión sobre las medidas anticrisis tendrá que verse precedida por el análisis del "estado real" de las cuentas. Desde esa lógica podría entenderse su apuesta por la auditoría, que también le permitiría fijar la fotografía de las cuentas legadas por López, y delimitar dónde acaba la responsabilidad del PSE y dónde empezará la del PNV, si accede a Lakua.