Vitoria. El curso político arranca este año más pronto que nunca en Euskadi. El Consejo de Gobierno extraordinario que hoy se celebra en Lehendakaritza adelanta el tradicional banderazo de salida que solía tener el último martes de agosto como escenario el Palacio de Miramar de Donostia. Pero la situación económica y política aprieta al Ejecutivo de Patxi López, que hoy se volverá a reunir con los datos de recaudación fiscal a 31 de julio calentitos sobre la mesa y la incógnita pendiente de resolver sobre si el lehendakari se decide a un adelanto electoral o, en otras palabras, si el Gabinete se lanza o no a la confección de los Presupuestos de 2013. Tanto monta. Porque, de salida, el Gobierno socialista se enfrenta al hecho incontestable de que a 31 de julio los ingresos de las haciendas vascas han caído un 4,4%, con especial incidencia en el territorio alavés, donde la recaudación ha bajado un 3,58%.

Quizá por eso, fue ayer el diputado general de Álava, el popular Javier de Andrés, quien volvió a apretar las tuercas al lehendakari. Evitó De Andrés hablar de adelanto electoral -su jefe de filas, Antonio Basagoiti, rindió armas en sus exigencias al respecto hace unos días asumiendo públicamente que López convocará elecciones cuando quiera-, para sutilmente sugerir la necesidad de que las próximas Cuentas vascas se elaboren desde una "nueva estabilidad institucional" para poder hacer frente a la crisis. Pero sí insistió el dirigente popular en un mensaje que ya lanzara allá por mayo, cuando se constató el desfase recaudatorio: es necesario imponer una contención del gasto en el Presupuesto de 2012 de todas las instituciones para compensar esa desviación, reiteró a López. "No va a poder hacer un Presupuesto" para 2013 sin aplicar "cambios sustanciales" en su actual política. "Si las administraciones que dependen de estos ingresos -en referencia al Ejecutivo autonómico- no hacen ajustes, no van a poder hacer frente a sus gastos", sentenció De Andrés.

Más o menos en la misma línea, el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV y candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, apuntaba ayer en Punto Radio que "probablemente el Gobierno Vasco tenga liquidez", pero que no le sirve que el lehendakari diga que tienen "600 millones en caja" cuando se han dado "aplazamientos de pago" que afectan a empresas y servicios y se está dando adquisición de deuda. Lo que le preocupa, insistió, es la deuda viva en la que ha incurrido el Ejecutivo y la carga financiera que "va a dejar para los próximos mandatarios".

El Gobierno Vasco no tardó en responder a Urkullu. El Departamento de Hacienda puntualizó que plazo medio de pago de facturas fue de 34 días en el segundo trimestre de 2012, subrayando que los intereses de demora abonados en el segundo trimestre de este ejercicio fueron de 8.000 euros.

"Nos plantamos" En cualquier caso, el dardo de De Andrés es envenenado. Porque López y su Gobierno llegan al Consejo de hoy con una tarea principal en el orden del día: las medidas que el Ejecutivo va a tomar para evitar o contrarrestar los recortes impuestos desde Madrid, fundamentalmente el copago farmacéutico; el Constitucional suspendió cautelarmente el decreto vasco que impedía su puesta en marcha y, de hecho, se espera que hoy puedan comenzar a conocerse las alegaciones de Lakua a ese auto.

El leit motiv del lehendakari, no sólo en este tramo final de legislatura -especialmente desde la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa, con la consiguiente ruptura del Acuerdo de Bases con el PP-, sino también de la campaña electoral que se avecina y la consiguiente precampaña en la que la política vasca lleva instalada ya meses, es precisamente su posición contraria a la política de estricta contención del déficit y recortes sociales desplegada por el PP en Madrid. "Nos plantamos", llegó a declarar el lehendakari gráficamente en su blog a comienzos de agosto. Y el Consejo de Gobierno de hoy está llamado a dotar de contenido a esa declaración de intenciones, mediante su respuesta ante el copago farmacéutico, por ejemplo, o a otros recortes, pero también a través de su balance del estado de las Cuentas tras conocer la caída de recaudación con la que se han cerrado los primeros siete meses del año.

Asumir vía recortes el impacto del descenso de los ingresos fiscales sobre el gasto previsto para este año -en otras palabras, anunciar nuevos recortes-, supondría para López, como subrayaba ayer De Andrés, contradecir en buena medida su discurso contra Rajoy. Más aún teniendo en cuenta que el Ejecutivo se encuentra ya en tiempo de elaboración de los Presupuestos del próximo año, un proyecto que a todas luces se prevé aún más restrictivo. Por otra parte, excediendo el escenario vasco, el que parece ya seguro segundo rescate europeo a la economía española -al menos así se da por hecho en los mercados- podría incidir a corto plazo en nuevos recortes impuestos desde el Estado que, como ha ocurrido con el copago farmacéutico, sean de difícil elusión por parte de la Administración vasca, por lo menos en primer término. Un factor de desgaste que el Ejecutivo querría también evitar.

Así las cosas, no se espera que hoy el lehendakari -de hecho, ayer no se había confirmado si tras el Consejo comparecerá él o la portavoz, Idoia Mendia- avance la fecha de un adelanto electoral; un anuncio que, de producirse, se prevé más probable para la reunión del martes que viene. A la espera de lo que ocurra finalmente y si no se resuelve antes, otra cita que puede resultar sintomática puede ser la reunión de la Mesa del Parlamento Vasco del 11 de septiembre: entonces debería ponerse fecha al Pleno de Política General que tradicionalmente abre el curso parlamentario el último jueves de septiembre; que otros años a estas alturas ya tenía día fijado y que, por ahora, no aparece en la agenda de la Cámara vasca.

En cualquier caso, la tregua que en las exigencias de convocar elecciones parece haberle concedido Basagoiti al lehendakari no tiene una respuesta paralela en el PNV. Urkullu repitió ayer su demanda en este sentido tras señalar que el propio Patxi López se "autopostuló" en abril como candidato a lehendakari y, por tanto, "abrió la espita de estar en un contexto de campaña". "Los vascos no merecemos estar meses y meses en esta incertidumbre de cuándo vayan a ser las elecciones y que esto paralice la toma de decisiones por parte del Gobierno en cuanto a la situación económica, más allá de que se reiteren en decir que tienen liquidez y solvencia", concluyó.