Vitoria. Una semana después de que el preso de ETA Josu Uribetxebarria iniciara una huelga de hambre ante la negativa a su excarcelación, el activista aquejado de un cáncer en fase terminal conoció ayer que su puesta en libertad podría fraguarse mañana mismo. Y es que será entonces cuando los doctores encargados de este caso transmitan al juez central de Vigilancia Penitenciaria las conclusiones de la biopsia a la que Uribetxebarria accedió someterse el pasado lunes. Si el resultado de esta prueba médica ratifica el deterioro de la salud del preso y la gravedad de su estado se activaría el protocolo legal para otorgarle el tercer grado penitenciario y la libertad condicional, según valoraron responsables institucionales.
Además de poner negro sobre blanco acerca del futuro de Uribetxebarria, la decisión judicial genera notables expectativas, ya que podría tratarse de un punto de inflexión en el destino que aguarda al resto de la población penitenciaria ligada a la banda terrorista que padece enfermedades irreversibles, un grupo en el que actualmente figuran 14 reclusos, según las diferentes agrupaciones de apoyo a este colectivo.
A la espera de que transcurran las 24 horas pertinentes para aclarar las dudas sobre el examen médico, cada una de las partes mantiene inalterable su versión ante la situación que atraviesa el que fuera uno de los raptores del exfuncionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.
Así, desde Instituciones Penitenciarias aseguran que cualquier variación en el régimen carcelario que se aplica hoy en día a Uribetxebarria -internado en el Hospital Donostia dos días antes de que comenzara su ayuno- obedecerá de forma exclusiva a la aplicación de la ley vigente y no a la presión que sobre este caso están ejerciendo diferentes frentes.
Por un lado, la población penitenciaria ligada al MLNV suma cada día más adhesiones en forma de huelgas de hambre, como la de referentes de la talla de Arnaldo Otegi, u otro tipo de protestas en solidaridad con Uribetxebarria. Mientras, fuera de los muros de las penitenciarias, el colectivo Herrira, que cifra el número de presos "en lucha" en 430, alumbra cada jornada nuevas movilizaciones con idéntico objetivo.
Las subdelegaciones del Gobierno español en Bilbao y Vitoria fueron ayer escenario de nuevas concentraciones convocadas por esta agrupación, iniciativas celebradas de forma paralela a los habituales encuentros frente al hospital donde se halla internado Uribetxebarria y del que tuvo lugar en las inmediaciones de la delegación del Ejecutivo de Mariano Rajoy en Pamplona, acto este último que se saldó con la detención de un manifestante que fue puesto en libertad tras ser identificado.
A estas medidas de presión ejercidas desde la izquierda abertzale se sumó ayer también la voz del Ararteko, Iñigo Lamarka, quien abogó por la excarcelación de Uribetxebarria al considerar que "todo parece indicar que en el mencionado interno concurren las circunstancias que deberían conducir a la concesión de la libertad condicional".
Búsqueda de culpables Alineada también en pulso entre el Estado y la izquierda abertzale, desde esta corriente política denunciaron el "silencio" de la fuerza más votada de la CAV, el PNV, ante el estado de Uribetxebarria. En este contexto, la dirigente abertzale Maribi Ugarteburu calificó al presidente jeltzale, Iñigo Urkullu, de "recadista del PP" y "monaguillo del Estado español".
Desde el partido destinatario de las citadas acusaciones, el líder de los peneuvistas vizcaínos, Andoni Ortuzar, realizó a través de Europa Press un llamamiento para que la huelga de hambre de los presos de ETA se convierta en "un ayuno de reconocimiento de sus errores y del daño que han causado".
Por otro lado, pidió al Gobierno del PP que siguiendo sus propios dictados sobre la consideración de presos comunes que otorga a los miembros de ETA, en lugar de considerarlos presos políticos, les trate como al resto de reclusos y "respete y cumpla" la legalidad.