Es uno de los hombres más controvertidos de la política vasca, sin duda alguna. Un verso suelto dentro del PSE que es capaz de llegar a declararse como "nacionalista de Euskal Herria" pese a militar en un partido de corte constitucionalista, o enfrentarse con pesos pesados del aparato de la formación en Euskadi o el Estado como el lehendakari, Patxi López, o al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, por sus diferencias en los ritmos a aplicar en la pacificación. Es Jesús Eguiguren, un político a contracorriente que será el protagonista absoluto de Memorias de un conspirador, un documental que verá la luz en otoño y en el que Ángel Amigo hace un repaso de la trayectoria de un hombre cuyos planteamientos no encuentran fácil encaje en las tesis del socialismo.

Especial protagonismo cobró Eguiguren en las conversaciones con la izquierda abertzale y los miembros de la cúpula de ETA durante el anterior proceso de paz. Los puentes que tendió con ese entorno político y su brazo armado, fueron denominados como la vía Txusito, un hilo de comunicación que el político guipuzcoano mantuvo abiertos pese a que no eran bien vistos entre los más escépticos de la madrileña sede del PSOE de Ferraz. Y, precisamente, el documental realiza un viaje por la memoria de esas negociaciones frustradas del presidente de los socialistas de la CAPV, que se inicia en la ciudad noruega de Oslo, uno de los emplazamientos elegidos para tratar de encauzar unas negociaciones que duraron dos largos años, pero que se rompieron abruptamente tras la bomba de ETA en la T-4 de Barajas.

Esa ruptura conllevó que el negociador se sintiera como un hombre de "cristal", que perdió "todas las energías y todas las fuerzas" y que buscaba la tranquilidad en una anhelada retirada política que aún a día de hoy no se ha dado. Así al menos lo señala Eguiguren en el documental. Tan "desprestigiado" dice sentirse desde aquella época que, según su testimonio, una vez desbaratado el proceso con el atentado en el aeropuerto madrileño que hizo trizas el anterior proceso de paz, pasó de ser "una persona con autoridad en el PSOE" a convertirse en "un personaje sospechoso, que estaba loco, que era un imprudente, que era irresponsable", que se estaba "desprestigiando". "Vi que todo el aprecio y todo el cariño que sentía en la calle, en los ámbitos de Madrid lo había perdido totalmente", cuenta.

Pero en la cinta de Amigo también hay lugar para recorrer los entresijos del anterior proceso de paz enras localizaciones como Ginebra, donde se celebró la primera cita con la banda, o el conocido caserío Txillarre de Elgoibar, donde según indica en el documental de Amigo, comenzó a "conspirar" junto al líder de Batasuna, Arnaldo Otegi. También hay espacio para otros detalles, como los encuentros que mantuvo con otros interlocutores como Josu Ternera o Javier López Peña, Thierry. A este último describe Eguiguren como un hombre "ciclotímico", que le hizo perder las esperanzas sobre la hoja de ruta pactada, y al que le gustaba tomar copas después de cenar. "Yo creo que me estropeé el hígado allá -en Noruega- bebiendo Armagnac con Thierry", llega a comentar.

"especie de conspirador" El objetivo de las reuniones de Txillarre, de las que tanto y tan largo se ha hablado, no era otro que "obligar a los gobiernos y a ETA a hablar", revela el líder socialista guipuzcoano en el filme, a cuyo premontaje ha tenido acceso Efe. Y, sin embargo, pese a su papel de puente en unos tiempos políticos tan convulsos, sentencia no haber sido "nunca mediador".

Es más, se autocalifica de "especie de conspirador que iba a lo que iba", una postura que surgió de la "cierta decepción de la política oficial o de la política correcta" que empezó a padecer un líder socialista que asevera que nunca tuvo acceso a fondos reservados para costear los gastos de los encuentros. "Y sabía cómo acaban los conspiradores, despreciados por unos y por otros", asegura el dirigente socialista en este trabajo documental en fase de postproducción, pero cuyo estreno está previsto para el otoño.