vitoria. El Gabinete De Andrés ajustará los Presupuestos de Álava pese a que ninguna otra institución le acompañe finalmente. Al menos, de cara a lo que queda de año. Tras dos días de especulaciones, el mandatario popular confirmó ayer de esta forma su intención de cortar y navegar aunque sea en solitario hacia las procelosas aguas de los recortes porque, según explicó, es la única opción que ve posible para compensar la hoja de gastos e ingresos después de la caída de la recaudación registrada en el primer trimestre del año. "Va a hacer falta un ajuste del gasto porque se ha llegado al límite del endeudamiento, y en materia fiscal no veo una alternativa que sirva para cuadrar las cuentas", resumió.

El diputado general levantó la liebre del ajuste presupuestario el pasado domingo, cuando planteó estos recortes como una medida consensuada por "las tres diputaciones y el Gobierno Vasco". Sin embargo, todas ellas dieron pronto un paso atrás desmarcándose de la impopular sombra del reajuste presupuestario y aferrándose a la búsqueda de alternativas.

Las del Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa pasan por aumentar la deuda pública y, especialmente en el caso de la segunda, por redibujar las prioridades de gasto replanteando por ejemplo las grandes inversiones que estaban destinadas a algunos proyectos no relacionados con los servicios sociales más elementales. El Ejecutivo autonómico "no va a recortar nada" en los servicios públicos ni en el sistema de ayudas sociales", reiteraba ayer su portavoz, Idoia Mendia, que aprovechó para insistir en que la salida está en "revisar" la política fiscal para que sea "más justa" y acusó al PP de apostar por unas medidas socialmente injustas. Por último, las de Bizkaia las podrá explicar próximamente su diputado general, José Luis Bilbao, interpelado en las Juntas por un PSE que quiere saber si tiene alternativas a "meter aún más la tijera".

"No hay alternativa" Pero, a falta de que las demás instituciones vascas dibujen sus respuestas al descenso de la caja, que De Andrés auguró que seguirán el mismo camino -"sólo que unas lo cuentan y otras no", deslizó-, el mandatario afirmó rotundo: "No hay alternativa".

Y es que, descartado el aumento de la deuda, De Andrés sólo puso sobre la mesa dos posibles respuestas más: tirar por la vía del recorte o subir los impuestos. En este sentido, el dirigente popular afirmó que esta vía "también se ha ensayado y no ha sido fructífera" tanto en Bizkaia como en Álava, donde se ha probado sin éxito la subida impositiva del IRPF de algunos sectores del Impuesto de Sociedades y la creación y mantenimiento del Impuesto de Patrimonio. Además, añadió, "se debe tener en cuenta" que estamos en el mes de mayo, por lo que "cualquier modificación en el ámbito fiscal no se aprobaría antes de octubre", con lo que su eficacia "sería muy limitada, a no ser que se hiciera con carácter retroactivo para todo el ejercicio". En todo caso, aseguró que los populares están "dispuestos a buscar consensos" en las Juntas sobre este punto, si bien adelantó que "la propuesta del PP para lograr ese consenso no es la subida impuestos". Tampoco del IVA por parte del Gobierno central, lo que tildó de medida de "último recurso" porque al tiempo que "tendría algún efecto respecto a la recaudación", también provocaría que se "limitase" el consumo.

Así las cosas, el debate se trasladará ahora a las Juntas, donde De Andrés deberá concretar y asumir la difícil forja de consensos ante tan dura decisión. Por el momento, ayer explicó que ya se ha reunido con los departamentos de su Gobierno para analizar la situación, y que pronto lo hará con los municipios, que también sufrirán unos recortes que el diputado general defenderá como la única forma de "garantizar la fiabilidad y solvencia de la Diputación".