Vitoria. Todo apunta a que la ponencia por la paz y la convivencia que se gesta en el Parlamento Vasco funcionará sin presidente como ya lo hace la que analiza la situación de las víctimas policiales. Ésta es la idea que ayer coincidían en destacar los diferentes grupos de la Cámara que, conjurados a mimar el tensionado consenso que dio pie a la creación de este órgano, ya aseguran que "no harán caballo de batalla" de estas cuestiones técnicas para posibilitar así "el mayor consenso posible" y garantizar "la mayor efectividad en los trabajos". Así lo aseguraba ayer el portavoz socialista, José Antonio Pastor, y fuentes populares suscribían palabra por palabra su discurso en declaraciones a este diario. Aralar ya se decantó por que nadie liderara esta ponencia, y ayer el líder del PNV, Iñigo Urkullu, advertía de que estaría "fuera de lugar" que la presidiera el popular Carmelo Barrio -cuya candidatura mantendrá el PP, sólo de partida- ya que su partido no avaló con su firma la creación de este órgano por lo que sus opciones, como las de la otra candidata barajada -Aintzane Ezenarro-, se van desinflando en aras del consenso.
Precisamente para dejar que escampe la tormenta que acompañó a la aprobación de esta ponencia los tiempos se relajan. No hay prisas. Así parece aconsejarlo la estabilidad de un pacto al que el PP entró receloso y a regañadientes, y en el que Aralar perdió la cohesión interna de su grupo al admitir eliminar el concepto "sin exclusiones" con el que su Ejecutiva quería garantizar la participación de la izquierda abertzale.
En este sentido, pese a que los grupos debían presentar ayer a los que serán sus representantes en esta mesa, el PSE pidió retrasar este trámite 48 horas para pulir los flecos que aún cuestionan su recorrido, en el que el PP deberá superar sus miedos y Aralar deberá clarificar la situación en que queda el grupo de Ezenarro, sobre cuya cabeza aún pende el expediente abierto por su partido por desobedecer su mandato. Ayer, su máximo dirigente, Patxi Zabaleta -que compareció antes de reunir a su Ejecutiva acompañado precisamente por el único parlamentario que fue fiel a la doctrina de su partido ante la creación de esta ponencia, Dani Maeztu- eludió pronunciarse sobre el futuro de los tres díscolos centrándose en la búsqueda de la paz. "Hacemos un llamamiento a los Gobiernos español y francés a que tomen en consideración el necesario papel de la verificación y a que lo pongan en práctica" para no dejar que se eche a perder un proceso que sufre "un parón e interrupción preocupantes" por culpa del inmovilismo del Gabinete Rajoy, subrayó, dejando toda la cuestión interna en manos de la comisión de garantías de Aralar, que ya estudia el futuro del equipo de Ezenarro. "Este asunto requiere respeto y discreción", concluyó.
En manos de Quiroga Pero volviendo a la cuestión de los tiempos, el arranque de esta ponencia queda a expensas de que la presidenta de la Cámara vasca, Arantza Quiroga, convoque la sesión constituyente; un paso que aún no tiene fecha fijada. La Mesa del Parlamento analizará hoy la prórroga de 48 horas solicitada por los socialistas. Si es aceptada, la ponencia no se constituiría hasta la semana que viene, ya que la convocatoria de Quiroga debe llegar al menos con otras 48 horas de antelación a la cita constituyente. Si no lo es, los grupos deberían anunciar hoy quiénes serán sus representantes en esta mesa y la presidenta convocaría la cita de inmediato -según adelantaban ayer a DNA desde su gabinete- lo que abriría la puerta a que la ponencia se constituyera a finales de esta misma semana.
La presencia de los ausentes Una vez constituida será el momento de definir el programa de trabajo y lo que más morbo despertará: las comparecencias. Entonces se comprobará si los grupos son capaces de articular la participación de un agente tan relevante en esta cuestión como es la izquierda abertzale ilegalizada, pero también la voluntad que tiene ésta de acudir a un órgano en el que, de entrada, advirtió que no participaría si no era "en pie de igualdad" con el resto de partidos, lo que ya es totalmente imposible.
En este sentido, dos sensibilidades han anunciado ya que no se sentarán a esta mesa: EA, precisamente por la "exclusión" de sus actuales compañeros de viaje, y UPyD, que ayer reiteraba a través de su parlamentario, Gorka Maneiro, que aunque opinará sobre su recorrido no participará en un órgano que considera "contraproducente para lograr la paz" y condenado a "asumir la agenda de Batasuna".