Vitoria. El exjefe del comando Bizkaia, Arkaitz Goikoetxea, condenado a más de 500 años de cárcel por al atentado en el cuartel de de la Guardia Civil en Legutiano que segó la vida del agente Juan Manuel Piñuel, se enfrenta desde ayer a otro juicio en el que se le responsabiliza de la colocación de un artefacto explosivo en los juzgados de Getxo cuya detonación amputó cuatro dedos de la mano derecha a un er-tzaina hace cinco años.
Goikoetxea, sentado en el banquillo de los acusados con el presunto coautor de este atentado, Aitor Cotano, escuchó en la vista celebrada en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional el testimonio del agente de la Ertzaintza herido en este episodio, quien relató que al examinar por qué el artefacto no había estallado, el detonador le "explotó en la mano".
Los terroristas, según los datos aportados por el Ministerio Público, colocaron una de las bombas en la puerta de los juzgados de la localidad vizcaína y la programaron para estallar a las 7.00 horas, si bien fue desactivada por la Ertzaintza pocos minutos después, y la otra en una papelera vecina, que tampoco llegó a explotar. Por su parte, el instructor del atestado relató que, una vez estabilizada la primera bomba, la segunda fue encontrada una vez que en el lugar ya había "representantes políticos, periodistas y muchísima gente".
Aitor Cotano negó a su defensa haber participado en los hechos y aseguró ante la Sala de lo Penal que las declaraciones inculpatorias que realizó tras ser detenido en julio de 2008 en Nigrán (Pontevedra) las hizo bajo torturas y malos tratos. "Lo único que quería era que eso parara", relató en la vista oral.