bilbao. La purga que el nuevo director de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, ha llevado a cabo en los puestos más relevantes del Cuerpo han borrado de un plumazo el legado del exministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y en lo que afecta a Euskadi, lo más relevante supone el cese del hasta ayer jefe superior de la Policía en Euskadi, Enrique Pamiés, con una larga experiencia en la lucha contra ETA y uno de los tres mandos policiales imputados en el caso Faisán, el supuesto chivatazo a la organización armada en la tregua de 2006.
El PP hizo del Faisán uno de los estiletes contra el Gobierno de Zapatero en la pasada legislatura y era de esperar que Pamiés acabara su periplo al frente de la Policía Nacional en la CAV. Su sustituto es Fernando Amo García. Nacido en 1952 y comisario principal desde junio de 2011, ha desarrollado toda su carrera en Euskadi, donde ha sido jefe de la Brigada de Seguridad y Protección de la Comisaría de Donostia, pasando por inspector Regional de Servicios de la Jefatura Superior de la CAV, a comisario Provincial en Donostia.
Pamiés está acusado de los delitos de colaboración con organización terrorista y revelación de secretos en la causa en la que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz investiga el supuesto chivatazo que el aparato de extorsión de la recibió el pasado 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán de Irun. El magistrado llegó a procesar a Pamiés junto al exdirector general de la Policía Víctor García Hidalgo y el inspector de Gasteiz José María Ballesteros aunque el Pleno de la Sala de lo Penal revocó esta decisión el pasado 20 de septiembre. Otro policía con una amplia trayectoria en Euskadi es el comisario Enrique Barón Castaño, que fue jefe superior en Euskadi entre 1999 y 2005 y ha sido nombrado comisario general de Información, el órgano encargado de la lucha antiterrorista en el Cuerpo Nacional de Policía.
Los cambios no han gustado al Sindicato Unificado de Policía, que en un comunicado calificó la nueva cúpula como la peor de la democracia, por ser, a su juicio, la más "politizada": "Nos parecía imposible configurar un equipo peor que aquel del que pedíamos su relevo pero lo han conseguido".