Vitoria. El jueves se cerraba una etapa negra de la historia de Euskadi y se abría otra muy diferente, en la que la pugna se va a plantear única y exclusivamente en el tablero democrático. Sea para hablar de la gestión del final de ETA como para tratar la resolución de un conflicto político que la mayoría de la sociedad no da por concluido por el hecho de que haya terminado la violencia, el lehendakari, Patxi López, abrirá hoy la ronda de contactos que anunció. López, que convocó el viernes a todos los partidos a una ronda de contactos, se verá hoy con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, a partir de las 11.00 horas en la primera reunión entre ambos tras el anuncio de ETA. La apertura de la ronda será una de las consecuencias que deja una semana que pasará a la historia.

Semana histórica Hoy hace ocho días, la Casa de la Paz de Aiete se vestía con sus mejores galas para recibir a buena parte de la clase política, social y económica y a seis exdirigentes de talla internacional liderados por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan. De ahí al comunicado de ETA en el que anunció el cese definitivo de la violencia solo transcurrieron tres días. Apenas 75 horas que dejan el camino hacia la paz encarrilado antes de que José Luis Rodríguez Zapatero dé presumiblemente paso a Mariano Rajoy como inquilino de La Moncloa. Era el objetivo principal de la izquierda abertzale antes de la cita electoral: conseguir que ETA diera más pasos, desde la unilateralidad, para certificar el final de su "ciclo armado". Apenas cuatro días después, el lunes de la semana pasada se empezaba a vislumbrar los que parece que serán los últimos días de la violencia. La Conferencia Internacional para promover la resolución del conflicto en el País Vasco concitó mucha expectación. 70 medios de comunicación acreditaron a un total cercano a 200 periodistas.

La cita, en la que el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, y el alcalde donostiarra, Juan Karlos Izagirre, ejercieron de anfitriones, duró apenas tres horas. La que luego sería conocida como Declaración de Aiete ya había empezado a tomar forma antes. Tal y como reconocía el coordinador de Lokarri -una de las seis organizadores impulsoras de la Conferencia-, Paul Rios, "ha habido tres grandes fases" para preparar la cita. "La primera se desarrolla desde hace meses, cuando estas y otras personalidades se han interesado por lo que estaba pasando y han recabado información".

Otras voces Después, el propio Grupo Internacional de Contacto (GIC) que lidera Brian Currin se reunió con agentes de la sociedad civil, incluidas varias víctimas de ETA, en la misma víspera de la Conferencia y los participantes en ella ya habían mandado sus "propuestas". Tras la sesión plenaria del lunes, los seis líderes internacionales se reunieron junto a sus asistentes y acabaron de perfilar la Declaración de Aiete. A partir de ahí, tocaba salir al exterior del Palacio y dar a conocer, a las 17.00 horas, los cinco puntos que ya han marcado la política vasca.

Así se cerraba una cita que se había organizado, como tal, en las últimas semanas, con cierta premura. La idea de impulsar una conferencia "se barajaba desde hace unos meses, tanto por parte de las personalidades interesadas en lo que ocurre aquí como por el propio GIC, que si se daban las condiciones buenas y surgía la oportunidad…", dijo Rios. Las condiciones maduraban poco a poco, principalmente gracias a los pasos que tenía que dar la izquierda abertzale, y se aceleraron tras el anuncio del presidente del Gobierno español de adelantar las elecciones generales al 20 de noviembre. Los protagonistas principales de la pacificación tomaron entonces la decisión de avanzar con mayor rapidez hacia la consolidación del escenario de paz.

Primer punto El primer emplazamiento de la Declaración de Aiete era a que ETA hiciera "una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada y solicitar dialogo con los Gobiernos de España y Francia para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto". Luego llegaban las peticiones a los Estados y a los agentes políticos implicados, pero el primer llamamiento era a la organización terrorista. 18 horas y media pasaron desde que el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern hablara hasta que Rufi Etxeberria leía otro comunicado significativo en el camino hacia la paz: la izquierda abertzale se acogía a "todos y cada uno" de los cinco puntos de la Declaración de Aiete. La pelota estaba, más que nunca, en el tejado de la organización armada.

Celeridad ETA, que en 2010 llegó a tardar hasta nueve meses en responder al emplazamiento que le hicieron los 20 ilustres firmantes de la Declaración de Bruselas, respondió a Aiete y a la izquierda abertzale en cuestión de horas. Entre muchos rumores, tres días después de que se pronunciaran los dirigentes internacionales ETA daba a conocer a través de Berria, Gara, The New York Times y BBC uno de los comunicados más breves y más claros de su historia que concluía con el cese definitivo de su actividad armada. Pedía además a los Estados español y francés "abrir un proceso de diálogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto".

Futuro Además de la ronda de contactos anunciada por López, el camino hacia la pacificación y la normalización se encontrará en apenas tres semanas con esas elecciones generales a las que la izquierda abertzale quería llegar con el episodio de la violencia de ETA cerrado. Será el próximo Gobierno español quien tenga que lidiar con aspectos como el penitenciario o el desarme. Estas cuestiones son señal inequívoca de que, pese a los pasos significativos dados la semana pasada -y así lo reconoce la totalidad de la clase política-, todavía queda camino por recorrer.