vitoria. La tradicional política de bloques que en materia antiterrorista y de pacificación ha dividido históricamente a PSE y PP, por un lado, y a los partidos nacionalistas por otro, está a punto de saltar por los aires, al menos en el Parlamento Vasco. Populares y UPyD unieron ayer sus votos para tratar de abortar la futura presencia en el Día de la Memoria de las víctimas de motivación política, un colectivo cuyo reconocimiento y reparación ha aunado las voluntades de socialistas, PNV, Aralar, EA y Ezker Batua, tras dos años de debate en el Parlamento. Todas estas formaciones optaron por eludir el debate e invitar a populares y UPyD a debatir la cuestión en la ponencia de víctimas de motivación política, de la que se han autoexcluido. PP y PSE coinciden en que los muertos y heridos en manifestaciones, cuarteles o controles de carretera no pueden ser equiparados políticamente a las víctimas de ETA, pero los populares, además, no consienten que algún día -algunos partidos tienen más prisa, otros menos- los dos colectivos puedan compartir homenajes, pese a que la mayoría fueron personas inocentes desvinculadas de la política y a que hoy día la violencia de ETA, la del GAL o la del Batallón Vasco Español -éstas dos últimas ejercidas por el Estado, al igual que la denominada de motivación política- son exactamente iguales en Euskadi a efectos legales.
Ayer UPyD, pero sobre todo el PP, trataron de ubicar al PSE en el mismo bando que PNV, Aralar, EB y EA, a través de un encendido discurso de Mari Mar Blanco, víctima de ETA, que tomó la palabra en lugar del habitual interviniente del PP en estas cuestiones, Carlos Urquijo. Ya lo dijo el portavoz de UPyD, Gorka Maneiro: "Queremos que los parlamentarios socialistas se retraten".
Blanco, por su parte, aseguró que se están cumpliendo "los peores pronósticos, que lo que constituyó "un día histórico" se utilizará para "equiparar" a unos y otros damnificados por la violencia, cuando la directora de Atención a las Víctimas, Maixabel Lasa, defendió que esta situación no puede darse. Según Blanco, las premisas de Lasa son "todo lo contrario a lo manifestado a lo largo de este último año por el Gobierno y a la enmienda presentada por el PSE (el texto socialista habla de incorporar a las víctimas de motivación política "de forma progresiva"). Blanco insistió varias veces, el PP "nunca" estará dispuesto a "desnaturalizar" la celebración del 10 de noviembre "por convicciones y respeto" a las víctimas. Esas son sus "líneas rojas", según la parlamentaria popular, que reclama la distinción "entre víctimas y verdugos" y entre "vencedores y vencidos". El discurso de la parlamentaria del PP sigue la línea avanzada por el presidente del PP, Antonio Basagoiti, que el martes apostaba por pedir la ilegalización de Bildu si Rajoy gana las elecciones generales, pero el salto cualitativo dado ayer por el grupo parlamentario popular es tan grande que incluso compromete al propio dirigente conservador vasco, cuyo pacto con Patxi López se basa exclusivamente en que PP y PSE son uno en materia antiterrorista, al margen de diferencias tan lógicas como perfectamente controladas. Desde que la izquierda abertzale ha empezado a mover de nuevo el proceso de paz, las declaraciones desde el Partido Popular han sido lanzadas a los medios con tiralíneas.