primera 'indignada' israelí

tel aviv

DE aspecto frágil y convicciones enérgicas, Stav Shafir es una joven estudiante de Filosofía e Historia de la Ciencia. A sus 26 años esta yinyit (como se conoce en Israel a las pocas pelirrojas judías) se vio en la calle porque su casero le subió el alquiler un 50%. De repente, los sueños de Shafir se desvanecieron pero, lejos de que asumir con resignación su destino, se plantó con una tienda de campaña en el elitista Bulevar Roschild de Tel Aviv. Su nueva morada se levantaba tras una pancarta que decía "¡Basta! El pueblo exige justicia social".

Muchos israelíes la comparan con Juana de Arco por la enorme tenacidad que encierra su diminuta figura. Shafir tiene una amiga que, con su hijo de 8 años y enferma habita en otra tienda de campaña en Jerusalén tras ser desalojada por no poder pagar el alquiler. Estas dos mujeres representan el sentir general de una parte importante de la sociedad israelí. Por eso han sido seguidas por cientos de miles de sus compatriotas.

"Nosotros, la clase media, estamos hartos de cargar con el país entero sobre nuestras espaldas y ver como otros sectores que reciben ayudas - grupos de interés, ricos y los que tienen conexiones con dirigentes o burócratas- lo pasan de maravillas", afirma con contundencia. "¿Cómo puede ser que 18 familias monopolicen las empresas más poderosas de Israel y concentren toda su riqueza?". Este es el mensaje de Shafir que ha calado en una parte importante de la sociedad israelí y que está dando verdaderos dolores de cabeza a Netanyahu y su liberalismo económico.