La paz. Los indígenas bolivianos que marchan desde el 15 de agosto contra una carretera en la amazonía seguirán con su protesta pese al anuncio del presidente Evo Morales de suspender las obras tras la represión policial del domingo, por la que ayer renunciaron otros dos integrantes del Gobierno. El presidente del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), Fernando Vargas, confirmó la decisión de seguir su marcha hasta La Paz para exigir a Morales la suspensión definitiva, y no solo temporal, de esa vía que financia Brasil. "Con sinceridad, vamos a decir al pueblo boliviano que la marcha continúa. Sin embargo, primero tenemos que estar todos unidos como antes de la brutal acción que hizo el Gobierno contra nosotros", declaró.
Para los indígenas amazónicos, el anuncio de Morales "ratifica" que el proyecto vial seguirá porque solo planteó suspender las obras mientras consulta a las regiones por donde pasará la carretera, dijo otro dirigente del Tipnis, Adolfo Moye.
"Las comunidades indígenas hemos dicho que esa carretera no debe pasar por el Tipnis. Entonces, ¿para qué hará la consulta? No creemos en esta propuesta del Gobierno", sentenció Moye .
La vía de la discordia, de unos 300 kilómetros, atraviesa el Tipnis, reserva natural de 1,2 millones de hectáreas, y la construye desde junio la empresa brasileña OAS, cuyo coste es de 415 millones de dólares (305 millones de euros). En las protestas del domingo, medio millar de agentes reprimieron con gases y porras el campamento de los indígenas cerca del pueblo de Yucumo, a 300 kilómetros de La Paz, amordazaron a los dirigentes de las etnias amazónicas y a mujeres, y trasladaron por la fuerza a decenas de ellos en autobuses y camionetas a pueblos vecinos. El viceministro de Régimen Interior, Marcos Farfán, dejó su cargo tras ser responsabilizado de la actuación policial por el Ejecutivo, aunque él rechazó que tuviera culpa alguna, y la directora de Migración, María René Quiroga, renunció también ayer, al igual que hizo el lunes la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, en rechazo a la represión de la marcha indígena.
Morales criticó a quienes renunciaron en su Gobierno, y dijo que "algunos pueden escapar" cuando hay problemas pero agregó que su "mejor compañía" son las organizaciones sociales que le respaldan, aunque las encuestas muestran un deterioro constante de su apoyo popular.
Aunque el presidente, de origen aimara, compareció en televisión a última hora del lunes para afirmar que no ordenó la represión violenta y que frenaba el proyecto, las protestas siguieron ayer en varias ciudades, con huelgas y marchas.
El mismo Morales, que ha visto afectada su imagen de indigenista y ecologista con este conflicto, dijo que la represión fue "imperdonable". El anuncio de Morales, no obstante, no logró desactivar las protestas en Beni, donde ayer se llevó a cabo una huelga convocada por el comité cívico en rechazo a la represión policial.