tRÍPOLI/BANI WALID. Las unidades de élite rebeldes libias, apoyadas por bombardeos de la OTAN, penetraron ayer en el corazón urbano del oasis meridional de Bani Walid, donde se cree que se esconden Seif al Islam y Saadi, dos de los hijos más belicosos del coronel Muamar el Gadafi. El rápido avance coincidió con nuevos combates en las proximidades del resto de los grandes bastiones gadafistas, como Sirte, Jufrah y Sebha, y con la primera visita del presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafa Abdulyalil, a la capital desde que fuera conquistada.
Abdulyalil llegó a la capital entre fuertes medidas de seguridad tras unas breve visita a la localidad vecina de Misrata, donde algunos grupos han comenzado a criticar la actividad del órgano que dirige.
En la citada población, el exministro de Justicia de Gadafi volvió a instar a las tropas a esforzarse para tratar de entrar de forma pacífica en las poblaciones que todavía resisten. En este sentido, la cabeza política de los rebeldes subrayó que "la prioridad es todavía alcanzar la liberación total de la patria libia". Además, volvió a recordar que "la declaración de la victoria" definitiva no se hará pública hasta que haya sido muerto o capturado el huido dictador.
Del paradero del coronel y de sus vástagos nada cierto se sabe desde que a finales de agosto abandonaran de forma precipitada la capital, al parecer en dirección al sur.