vitoria. Los partidos vascos unificaron ayer su discurso para apremiar a Bildu a abordar el reconocimiento del dolor causado por ETA durante su medio siglo de existencia, como reacción unánime a las palabras del diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, quien afirmó el miércoles que esa reflexión no se habrá de llevar a cabo hasta que no se solucione definitivamente el conflicto.

PNV, PSE, PP y Aralar espolearon a la coalición para que actúe ya en materia de víctimas, pero cada uno lo hizo a su estilo y desde su perspectiva. Así, si Aralar censuraba que la coalición no afronte "la realidad", el PNV lamentaba que la formación "titubee" en esta cuestión, y el PSE le emplazaba a "cumplir sus compromisos políticos", el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, cruzaba de nuevo los límites de la elegancia política en busca de los titulares más gruesos en los periódicos de este viernes 5 de agosto.

Fue en la balconada de San Miguel, durante el txupinazo de las fiestas de la Virgen Blanca, donde Basagoiti reventó el intento de la Corporación municipal vitoriana de tener la fiesta en paz, después de que Bildu invitara a dos miembros de Etxerat a presenciar el txupinazo desde la atalaya gasteiztarra. Todos los grupos, PP y Bildu incluidos, se conjuraron para evitar politizar las fiestas una vez más tras un gesto de la coalición que no cayó bien entre socialistas y populares, pero ayer en la balconada coincidieron demasiados primeros espadas de la política vasca como para controlar el incendio político que el Ayuntamiento trató de contener sin éxito un día antes.

Basagoiti tildó a Garitano de "proxeneta de los que prostituyen la democracia" y volvió a recurrir al asesino de Oslo, un filón para la demagogia en el estío vasco, para asegurar que "hasta los familiares de Breivik son menos malos que los familiares de los presos de ETA, porque los familiares del monstruo de Noruega se avergüenzan de lo que hizo su hijo y éstos les jalean, les aplauden y se alegran de lo que hicieron".

Luego, cuando el alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, se dirigió a Basagoiti para saludarle, éste le negó la mano "hasta que sus jefes entreguen las armas". El secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, o el vicesecretario de comunicación de este partido a nivel estatal, Esteban González-Pons, se sumaron a las críticas de Basagoiti, aunque en un tono más comedido.

A la izquierda abertzale le faltó tiempo para tachar de "fascista" y "ultraderechista" al líder conservador, y le acusó de alimentar a quienes, escondidos en el anonimato, están amenazando a los alcaldes de Andoain o Lasarte.

Más 'tolerancia cero' El resto de críticas a la actitud de Bildu, tanto en lo relativo a la invitación a Etxerat como a la recepción de Garitano a presuntos miembros de Segi, o a su exigencia del fin de la dispersión durante la misa anual en Loiola, se canalizaron por cauces más civilizados.

Así, la lehendakari en funciones, Isabel Celaá, se dirigió a Garitano en la balconada para reconocer que "está en su papel de atender el sufrimiento de los presos", pero le pidió que "también atienda a las víctimas de ETA" porque "si no se hace, construiremos un sociedad sobre unos ejes muy endebles". Por su parte, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, cuyo Departamento ha modificado la ubicación de dos actos a favor de los presos y la independencia para evitar que coincidan con los actos del programa festivo vitoriano, reclamó a Bildu que "cumpla sus compromisos públicos de alejarse definitivamente de la violencia y abandone comportamientos del pasado". Y avisó: "Que nadie se equivoque, seguiremos manteniendo la política de tolerancia cero y aquellos que vulneren la Ley serán imputados ante la Justicia".

Por su parte, el presidente del Bizkai Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar, se dirigió a Bildu en los micrófonos de Onda Vasca para recordarle que "el tiempo de la reflexión prácticamente ya debían haberlo cubierto y ahora es el tiempo de actuar". Ortuzar lamentó que Bildu "titubee y esté siendo más ambiguo que en campaña electoral" a la hora de analizar "las consecuencias de la violencia y sobre las víctimas de ETA".

Por último, Aralar recordó a la izquierda abertzale que el reconocimiento a las víctimas forma parte del Acuerdo de Gernika que Bildu suscribió, y acusó a Garitano de "no querer afrontar una realidad que es incómoda y dolorosa" al postergar esta reflexión . Martin Garitano se limitó a calificar de "injusta" la presión que está recibiendo por parte de los partidos vascos.