vitoria. El nuevo ciclo iniciado en Álava tras la investidura de Javier de Andrés devuelve al PNV a la bancada opositora que ocupó durante los ocho años que otro popular, Ramón Rabanera, dirigió la Diputación foral. Inmerso en la adaptación a este nuevo papel, la formación jeltzale descarta una moción de censura que, con los votos de Bildu y Ezker Batua, tumbaría al nuevo Gobierno, aunque no cierra del todo la puerta a nada si los conservadores hacen "las cosas mal".

El presidente de Bizkai Buru Batzar, Andoni Ortuzar, advirtió ayer en ETB de que el comienzo de la nueva legislatura foral no terminará de arrancar hasta que el PP explique "un poquito más" todo lo acontecido en la investidura de su candidato, con la polémica suscitada después de que Xabier Agirre desvelara las exigencias de dinero y puestos reclamada por EB en la negociación que, finalmente, se cerró sin un acuerdo con la formación jeltzale que posibilitó la elección de De Andrés.

Ortuzar considera "una suposición lógica" pensar que los dirigentes del partido progresista lograron vía acuerdo con el PP algunas de las prebendas que los jeltzales no les otorgaron. "Es difícil olvidar un suceso tan penoso, porque una cosa es que no resultes elegido y otra ser extorsionado políticamente", agregó ante las cámaras del ente público vasco.

extorsionador y extorsionado Ante las críticas que su partido ha recibido por no denunciar antes que EB había reclamado al PNV que "colocara" a 39 afiliados de esa formación a cambio de respaldar su candidatura, resaltó que hay que diferenciar entre "la responsabilidad del extorsionador y del extorsionado" y precisó que "prácticamente el ultimátum se produjo la víspera del referéndum" entre la afiliación de EB, una fecha que "tampoco era el momento para hacer públicas las negociaciones y esa petición inconfesable".

Ortuzar, quien tras su intervención recibió a través de una red social críticas de un dirigente jeltzale alavés por hablar sobre las futuras actuaciones del PNV en este territorio, agregó que estarán a la expectativa para ver cómo gobierna De Andrés, aunque precisó que a su partido no le gusta poner las instituciones "en riesgo y a los pies de los caballos" por "quién está o quién no está".

En su opinión, el PP tiene una situación compleja para llegar a la mayoría -sus procuradores y el apoyo del PSE no alcanzan la mitad de la representación en Juntas-, por lo que "tendrá que hacer un ejercicio de apertura política al que no está muy acostumbrado".