Vitoria. Las bases de Ezker Batua optaron ayer por votar a su candidata, Nerea Gálvez, en la sesión de investidura que hoy proclamará al nuevo diputado general de Álava, una decisión que deja la entidad foral en manos del Partido Popular. Los votos conservadores y el apoyo del PSE serán suficientes para que, en segunda vuelta y con mayoría simple, Javier de Andrés sume un sufragio más que los que presentará el jeltzale Xabier Agirre, con el apoyo de Bildu incluido.

A través de un escueto comunicado, la formación progresista detalla que el 84% de la filiación -cerca de 70 personas, menos de la mitad de la filiación- se decantó por esta opción en el referéndum que preguntaba si el partido debía apoyar con los sufragios de sus dos junteras a la aspirante de EB o, sin embrago, al dirigente jeltzale y actual diputado general en funciones, Xabier Agirre, una alternativa que sólo obtuvo el 16% de los sufragios emitidos. Los responsables en Álava del partido liderado por Mikel Arana -quien, según ha podido saber este periódico no comparte el portazo al PNV- añaden que en la votación no existieron papeletas en blanco ni abstenciones.

EB encaja la consulta a sus bases en el escenario resultante de la "ruptura de conversaciones" con el PNV ante la "negativa" de los jeltzales a apoyar las "propuestas programáticas" planteadas en la mesa negociadora por sus representantes. En esta misma línea, inciden en que la formación jeltzale pretendía "obtener los dos votos decisivos para la investidura de Agirre de forma "gratuita". Además, acusan a la formación peneuvista de lanzar "injurias y calumnias" para ocultar "su responsabilidad en el fracaso de las conversaciones".

La decisión explicitada por las bases de EB parece dejar patente dónde recaerá esta legislatura la responsabilidad de gobernar Álava -Kontxi Bilbao aseguró que "no habrá sorpresas"- , aunque vista la polémica votación que se registró durante la constitución de la Mesa de las Juntas Generales -el PNV, segunda fuerza en las urnas, perdió la vicepresidencia primera de la Cámara, a pesar de que las dos junteras de EB aseguraron, en contra de la lógica matemática, que sus sufragios apoyaron la candidatura del jeltzale Pedro Elosegi- las dudas todavía están presentes entre más de un procurador. En este contexto, el presidente del ABB, Iñaki Gerenabarrena, no cerraba en la mañana de ayer la puerta a una posible salida consensuada fuera cual fuese el resultado del referéndum. "Si cinco minutos antes del Pleno es necesario que sigamos negociando, lo seguiremos haciendo", expuso el dirigente jeltzale, quien, una vez conocido el resultado destacó en Radio Euskadi no estar sorprendido por el mismo viendo "cómo se había formulado la pregunta".

peticiones sobre la mesa Asimismo, fuentes conocedoras de la negociación trasladaron a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que sobre la mesa se situó una petición para acometer el traslado a destinos profesionales de miembros de EB, así como la apertura de una línea de crédito para reforzar la financiación de este partido.

A la espera de conocer si realmente el resultado de la votación interna del partido progresista es definitiva y tiene su fiel traslado a la sesión de investidura de hoy, la recuperación de la Diputación Foral para el PP representa un desafió en el que el equipo dirigido por Javier De Andrés deberá buscar alianzas que hoy por hoy no tiene. Y es que el previsible apoyo de los socialistas durante la legislatura, siempre que se mantenga el pacto por el cambio en la escena autonómica, no reporta a los populares la mayoría suficiente para imponer su criterio en las Juntas Generales. Ambas formaciones suman 24 de los 51 escaños que presenta el salón plenario, por lo que la unión de PNV, Bildu y EB frente a los proyectos propugnados por el equipo de gobierno dejaría en agua de borrajas las iniciativas del tándem constitucionalista.

Incluso el PP, con su diputado general al timón, navegaría en solitario frente a futuras modificaciones fiscales que cada vez cobran mayor presencia en los discursos de las demás bancadas, socialistas incluidos -ayer mismo el PSE abogó por una "fiscalidad progresiva" en una intervención pública en el Parlamento Vasco- que se aleja ostensiblemente de los postulados conservadores.