Vitoria. Garantizar el derecho a la vivienda, aplazar el IVA de los comerciantes, eliminar la OTA en zonas en las que no sea estrictamente necesaria.... Entramos en materia. Superado el primer tercio de campaña es momento de dejar a un lado las grandilocuentes intenciones de cada partido para entrar al barro, a las problemáticas del día a día que sacuden una ciudad. Y es que no hay que olvidar que estamos ante el escaparate de una cita con las urnas para elegir a los representantes locales y forales, los más cercanos a los ciudadanos y, por ende, a sus problemas cotidianos.

Los partidos demostraron ayer con sus mensajes que ésta es la consigna para conseguir arañar los apoyos puerta a puerta, barrio a barrio. Pero como sucede en cada ocasión que hay que renovar -o mantener- a las autoridades municipales y provinciales, las voces de sus jefes de filas no olvidan el debate abierto que se trasladará dentro de dos años a los comicios estatales, ésos donde el bipartidismo español decide quién es su ganador para los próximos cuatro años.

Sobre estos pilares, hay dirigentes que prefieren no enterrar el sendero judicial que ha recorrido la coalición formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba e independientes hasta tener acceso a las urnas. Las voces discordantes con la decisión del Constitucional que ofreció el plácet a Bildu subieron ayer su volumen al comprobar que un preso de ETA encarcelado durante un cuarto de siglo por sus acciones terroristas respaldaba pancarta en mano al partido de nueva creación -la imagen que ilustra nuestra contraportada electoral-. Fue suficiente esa imagen para que el PP y asociaciones afines dirigieran voces y mirada al Gobierno español con la reiterada intención de eliminar de la escena política a este partido. La reforma de la Ley Electoral permite retroceder el camino si los tribunales constatan nuevas pruebas que vinculen a esta marca con ETA y la Abogacía del Estado ya está manos a la obra.

En Euskadi, el lehendakari también se hacia eco de la acción del preso Ander Errandonea e instaba a los dirigentes de Bildu a pronunciarse sobre si suscriben esta actitud de alguien que, a juicio de Patxi López, no está "arrepentido" de los crímenes que le llevaron a la cárcel

La posición adoptada por López minimiza el ya de por sí escueto distancimiento entre los socios por el cambio en Euskadi, un argumento que alimenta las sospechas del PNV sobre la continuidad que ambos partidos quieren dar a su pacto. El presidente jeltzale, Iñigo Urkullu, expresó ayer su convencimiento de que a PSE y PP "sólo les queda tirar hacia adelante hasta donde sean capaces de llegar y correr hacia adelante para no llegar a ninguna parte".