Vitoria. "Siempre recordaré el 5 de marzo de 2010". El actual alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, valoró con esta solemnidad la firma del protocolo de financiación del soterramiento. El encuentro en Artium entre representantes del Gobierno central, el Ejecutivo autonómico, la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria selló el protocolo para costear una operación faraónica, clave para reinventar el urbanismo de la capital alavesa. La fecha marcó un antes y un después en un proyecto hasta entonces reservado a las promesas y los deseos. El soterramiento ya tiene presupuesto -primero se fijó de 476 millones, pero ya se habla de 511- y eso bajó a la tierra una apuesta que, hasta entonces, estaba en las nubes. Ahora falta que la sociedad que impulsa esta operación aclare el panorama de las obras.

Pocos partidos se han mostrado críticos con esta operación, que permitirá coser la cicatriz de las vías y cohesionar la ciudad; PSE, PP y PNV, de hecho, se han empeñado más en reivindicar que cada alcalde de la democracia ha aportado su grano de arena para que, por fin, el soterramiento no fuera un desierto planificador. Más de doce años de desencuentros políticos se han solventado, por fin, con esta firma sobre la financiación. No es de extrañar, por tanto, que Patxi Lazcoz empezara recientemente un repaso de los hitos de su legislatura por este logro, que ha hecho que los barrios de la ciudad separados por las vías del tren empiecen a creer en una operación que superará las barreras psicológicas y les acercará al centro.

Otra cuestión, todavía por resolver, es cómo se rellenará el hueco de casi 300.000 metros cuadrados que liberará el soterramiento. Varios de estos barrios, caso de San Cristóbal o Ariznabarra, ya han afirmado que no quieren sólo casas o vías de circulación. El PP, por ejemplo, ha propuesto aprovechar esa oportunidad para crear un nuevo anillo verde interior. Y el PSE apuesta por convocar un concurso de ideas, aunque ya ha dado pasos para aprovecharse de ese nuevo escenario post-vías, caso de la ubicación de las oficinas municipales de San Martín o de la nueva línea de tranvía hacia el sur.

En cualquier caso, el soterramiento da ahora sus primeros pasos. Cuando se anunció el inicio de los trámites para 2010, se hablaba de que el final llegaría entre 2016 y 2017. Un panorama futuro que, no obstante, ya condiciona la vida actual de la ciudad. No en vano, el soterramiento ha marcado la ubicación de las nuevas estaciones, que conforman el llamado eje de Lakua. El nuevo centro de la ciudad, como lo denominan desde el PSE.

Quienes defienden la operación del soterramiento aseguran que el paso soterrado -durante 6,8 kilómetros- del tren desde Jundiz a Zurbano era la única opción posible. Tanto, que incluso obliga a instalar la estación de autobuses en Arriaga -frente a las críticas de grupos como EB, EA, Aralar o la izquierda abertzale por la afección al parque- y la ferroviaria en este entorno. Por el momento, las obras de la nueva terminal de bus, llamada a acabar con la eterna provisionalidad de Los Herrán, arrancarán en junio. Otra cuestión es cómo se solventará la intermodalidad con la parada del tren.

Llama la atención que quienes critican esta operación cargan, precisamente, contra la falta de intermodalidad de los proyectos barajados hasta la fecha. Aralar, por ejemplo, apuesta por soterrar las vías en su estado actual y ubicar una "verdadera" estación intermodal en Dato. UPyD, por su parte, aboga por acercar el tren en superficie desde Jundiz a Foronda, donde se construiría también una "verdadera" estación intermodal, que después se conectaría con el núcleo urbano a través de una línea de tranvía.

la afección al tráfico Los dos partidos también evidencian sus dudas sobre cómo afectará la llegada de las terminales a América Latina. El gabinete Lazcoz ya adelantó que el plan para reducir la afección al tráfico sería clave para elegir qué empresa gestiona las obras. La preocupación es evidente. Tanto PSE como PP ya han presentado medidas para solventar el tráfico de América Latina con una rotonda soterrada -la opción socialista, que aprovecharía el soterramiento- y nuevos carriles y cambio de pasos de peatones -la sugerencia popular, con la que se ganaría tiempo hasta soterrar el tráfico-.

La solución al problema circulatorio es una de las grandes incógnitas para una zona que, en los próximos años, acumulará proyectos como el BAI Center o la estación de Arriaga. El soterramiento, aunque aún parezca la obra más lejana, ya se ha sumado a la lista. Este año será clave para conocer su avance. Y si su presupuesto se mantiene en los anunciados 511 millones.

l Bildu. Sostiene que la propuesta que ahora maneja el Ayuntamiento es "inviable económicamente", dada la actual situación del mercado del suelo. Por ello, apuesta por abrir un proceso de participación sobre el proyecto y estudiar el coste de mantener el actual trazado.

l PSE. Lazcoz destaca el impulso de la sociedad del soterramiento o el inicio de la estación de Arriaga como dos de los logros de la última legislatura. El PSE insiste en que la liberación de las vías del tren marcará un antes y un después en el urbanismo de Vitoria.

l PNV. El grupo jeltzale destaca el soterramiento como un "gran proyecto" en su programa electoral, pero insiste en que el corredor liberado debe servir para lograr una ciudad compacta. La formación, además, se reafirma en su apuesta de intermodal, 'Geltokia'.

l UPyD. Se opone al soterramiento por considerarlo "un capricho". Apuesta, en su lugar, por conducir el tren en superficie de Jundiz a Foronda. Y cuestiona la afección que conllevará la nueva estación de autobuses de Arriaga al tráfico de América Latina.

l Aralar. Critica que la estación de autobuses afecte al parque de Arriaga y que no se asegure la intermodalidad de las estaciones. Aralar defiende que se soterre el actual trazado del tren, liberando igualmente ese corredor pero manteniendo la estación en Dato.

l PP. Maroto ha defendido siempre que la firma del soterramiento se ha logrado también gracias a la gestión de Alfonso Alonso. Uno de los proyectos del PP es la creación de un anillo verde interior, que depende del espacio que libere el soterramiento.

l EB. Ha sido uno de los partidos más críticos con la afección de la estación de autobuses al parque de Arriaga. EB lamentó al anunciarse la firma de la financiación del soterramiento que no se hubiera realizado antes y prometió mantenerse vigilante para evitar "más frustraciones".