washington/Bruselas. "Se ha hecho justicia". De esta forma, el presidente Barack Obama anunciaba la medianoche del domingo la muerte del enemigo número uno de Estados Unidos, Osama Bin Laden, en busca y captura desde hacía diez años, cuando golpeó brutalmente el corazón de los estadounidenses con los atentados del 11 de septiembre. Comenzaba así la llamada guerra contra el terrorismo. El domingo, un comando formado por una veintena de soldados de élite de la Marina abatía a tiros al líder de Al Qaeda, el principal objetivo de esa lucha, en su residencia de Abottabad.

"EEUU ha lanzado un mensaje inequívoco: no importa cuánto tiempo haga falta, se hará", concluyó Obama durante su discurso en la Casa Blanca. La alegría del Gobierno de EEUU fue inmediatamente secundada en Nueva York y Washington por cientos de ciudadanos, que se echaron en plena noche a la calle para celebrar la muerte del terrorista más buscado. También compartieron la satisfacción estadounidense la gran mayoría de los gobiernos del mundo, con los occidentales a la cabeza. "Derrota histórica" o "gran paso en la lucha contra el terrorismo" fueron los calificativos más repetidos entre los líderes europeos y "alivio" y "satisfacción" los adjetivos que mejor describían sus sensaciones.

del entusiasmo a la cautela Sin embargo, tras el entusiasmo inicial, el mundo -en especial EEUU y Pakistán- ha comenzado a tomar medidas de seguridad adicionales ante una posible venganza de Al Qaeda, ya anunciada en webs utilizadas habitualmente por los terroristas. Por su parte, los talibanes paquistaníes amenazaron con atentar contra miembros del Gobierno de Pakistán. "Los líderes paquistaníes, el presidente Zardari y el Ejército serán nuestro primer objetivo. El segundo, será América", señalaba Ehsanullah Ehsan, portavoz del movimiento talibán en el país asiático. Ante estas posibles represalias, las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia de Estados Unidos redoblaron ayer la vigilancia en aeropuertos, medios de transporte público, embajadas y consulados, edificios gubernamentales y algunos de los lugares más emblemáticos del país. Asimismo, el Gobierno pidió a los ciudadanos que viajen al exterior que extremen las precauciones ante "un potencial mayor de violencia". "Aunque Bin Laden está muerto, Al Qaeda no lo está", advirtió el director de la CIA, Leon Panneta. "Casi con toda seguridad, los terroristas intentarán vengarlo y tenemos que permanecer y permaneceremos vigilantes y resueltos", añadió Panneta.

Los talibanes paquistaníes amenazaron con "vengar" la muerte de Osama Bin Laden en un comunicado enviado a medios locales y en el que ponen de manera prioritaria en su punto de mira al Gobierno de Islamabad. Fuentes del canal televisivo Khyber TV dijeron haber recibido un fax del movimiento talibán paquistaní (TTP, siglas en urdu) advirtiendo a la cúpula del país sobre las consecuencias de la operación que acabó con la vida del líder de Al Qaeda.

Seguridad en Europa En Europa, la noticia de la muerte de Osama Bin Laden fue recibida con alivio en las principales capitales, donde instituciones y gobiernos felicitaron al presidente Obama por poner fin a una de las principales amenazas terroristas del mundo. "Era un criminal responsable de atroces ataques terroristas que costaron la vida a miles de personas inocentes", recordaron en un comunicado conjunto el presidente de la Comisión Europea y el del Consejo, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy. Para ambos dirigentes el resultado de la operación militar es un "gran logro", porque, con la muerte de Bin Laden, sus crímenes "no quedan sin castigo", aunque prometieron seguir trabajando "para combatir el azote extremista global y construir un mundo de paz, seguridad y prosperidad para todos".

Palabras como estas se repitieron sin cesar desde una institución a otra. Desde la sede de la Eurocámara hasta la de la Alianza Atlántica, situada a pocos kilómetros de distancia, sus máximos responsables también quisieron felicitar a la administración norteamericana. "Nos hemos despertado en un mundo más seguro. La muerte de Osama Bin Laden marca un éxito significativo en la lucha de la comunidad internacional contra el terrorismo", afirmó el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, que recalcó que "la batalla no ha terminado".

Por su parte, Europol, Interpol o el director del órgano de coordinación de amenazas de Bélgica, que acoge a las principales sedes de la UE y la OTAN, André Vandoren, abogaron por mantener la máxima alerta. Y es que, según admitió el coordinador de la UE para la lucha antiterrorista, Gilles de Kerchove, "a corto plazo tenemos que mantenernos muy vigilantes porque es creíble que determinados individuos monten una operación de venganza". "Se pueden esperar operaciones de represalia y por eso estoy convencido de que todas las organizaciones policiales, de inteligencia, servicios de seguridad están trabajando y están más vigilantes", aseguró.

"Victoria simbólica" Mientras, los analistas internacionales calificaron la muerte de Bin Laden como una "victoria simbólica", ya que el líder de Al Qaeda ya no estaba directamente relacionado con las células terroristas que operan en el terreno. Mark Kimmit, un analista militar estadounidense, señalaba a la cadena Al Yazira que "la muerte de Bin Laden no es el final del terrorismo, pero sí el cierre de un capítulo". Así pueden interpretarlo, al menos, los familiares y las víctimas del 11-S, según el legislador republicano por Nueva York Peter King. "Su muerte puede darles la sensación de cierre de un capítulo". Para el Gobierno estadounidense es el fin de diez años de obsesión.