Donostia. El 37% del dinero enviado entre 2005 y 2008 a la Oficina de Hermanamiento de Lasarte-Oria (OHLOS), a la Asociación de Desarrollo Comunitario y a la Alcaldía de Somoto no se destinó realmente al proyecto concreto para el que se solicita la subvención. Por lo tanto, si no se justificó adecuadamente, debería haber sido devuelto al Consistorio lasarteoriotarra. Más de medio millón de dólares, que al cambio respectivo de cada año alcanza casi la cantidad de 390.000 euros, no es una cifra baladí la que adeudan estas entidades -al parecer, todavía no se ha devuelto- por no haber demostrado que esa cantidad fue utilizada para ejecutar los proyectos de cooperación, según prueban los 35 informes elaborados por el interventor municipal para fiscalizar los proyectos de cooperación subvencionados entre los años 2005 y 2008.
¿Qué ha pasado con todo ese dinero? No es una pregunta fácil de responder. Sólo en dos de los expedientes analizados cuadraron las cuentas, mientras que fueron varios los proyectos en los que no se justificó casi el 100% de la subvención recibida. En todos ellos el interventor emitió reparo. Las razones se repiten con demasiada frecuencia. Bien se justificó un trabajo realizado con un contrato, bien se llevaron a cabo abonos directos sin presentar las facturas. Y, en otras ocasiones, se desvió dinero de un proyecto a otro para que cuadrasen las cuentas.
La mayor parte de los expedientes de subvenciones que analizó el interventor hacen referencia a la OHLOS, una entidad creada en Somoto a partir de la firma del hermanamiento en 1997 para gestionar, tanto el dinero que se enviaba por parte de Lasarte-Oria, como el que recaudaba Ana Urchueguía desde la legitimidad que le otorgaban cargos que conjugó mientras fue alcaldesa de Lasarte-Oria, como la presidencia de la comisión de cooperación de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y la vicepresidencia de Euskal Fondoa.
sin justificación La oficina de hermanamiento, según concluyen los informes, recibió entre 2005 y 2008 casi 900.000 euros, de los que 310.000 se cuestionan por no haber sido debidamente justificados.
Para empezar, en los gastos de funcionamiento anuales de esta entidad, que por si no fuera suficiente carecía de personalidad jurídica, el interventor cuestionó por distintas razones unos 9.500 euros entre 2005 y 2008. Muchas veces cita como aclaración que se presentaban, bien contratos para justificar trabajos sin facturas, bien facturas de gastos "ajenos" o "poco acordes" con el proyecto subvencionado. Y, a veces, ni siquiera eso. Es decir, se abonaron gastos directos sin ningún tipo de documento que lo justificase.
Entre estos tipos de gastos hay de todo. Desde insignificantes compras de jabón para lavar la ropa, hasta losetas para fosas, pelotas de beisbol y fútbol, publicidad del equipo del Real Madriz o recibos de agua de un tal Luis Alonso Rivas. Se dieron también ayudas a personas particulares o a clubs deportivos, se abonaron honorarios de abogados sin facturas, pagos de carrozas de fiestas al Ayuntamiento de Somoto o, incluso, aportaciones a periodistas. El interventor señala otras prácticas "incorrectas" en el tratamiento de los recursos y que se repitieron año tras año. Así, "ante el agotamiento del presupuesto" destinado a esta partida, algunos gastos de funcionamiento se incluyeron en otros proyectos que poco o nada tenían que ver con el coste de funcionamiento de la oficina de hermanamiento, como la construcción de viviendas para somoteños, el fortalecimiento de capacidades productivas o la construcción de andenes. Según explica el interventor, esta maniobra se llevó a cabo con el "objetivo de obtener de una manera indirecta cubrir todos los costos", meta que consiguieron, por ejemplo, entre 2005 y 2006 con otros 9.000 euros.
Y todo esto sólo hace referencia a los gastos de funcionamiento de la oficina. Si hablamos de los proyectos de cooperación que, supuestamente ejecutó OHLOS entre 2005 y 2008, de los casi 900.000 euros que recibió, debe unos 310.000 euros al Ayuntamiento de Lasarte-Oria por no haber sido debidamente justificados. Son muchas las prácticas incorrectas que protagonizó la oficina. Profesores de manualidades que no facturaban, cuotas a alumnos que luego no aparecían en los expedientes o movimiento de cuentas que, según el interventor, demuestran "la existencia en el funcionamiento de la oficina de ingresos no declarados".
facturas desconcertantes Tal es el desorden con el que se justificaban las cuentas que se acababan incluyendo facturas por el agua potable de una persona concreta como gasto del proyecto de Construcción y Reordenación del Boulevard y parque Lucila de Somoto. O bien, parte del dinero que debería haberse invertido para construir andenes para el tránsito peatonal se desvió a la construcción de un centro cultural que, hoy por hoy, está cerrado a cal y canto.
De otro proyecto llamado Fortalecimiento del área legal de la Alcaldía de Somoto apenas se puede decir más que el nombre, puesto que no hay ningún tipo de documento que justifique su ejecución.
Entre tanto papel se pueden encontrar extrañas coincidencias, como un recibí incluido en el proyecto Construcción y Reordenameinto de la Infraestructura Básica del Barrio de Santiago que "no es el oficial porque está configurado con el Hermanamiento del Ayuntamiento de Leganés para comprar unos moldes de cunetas que le sobran al Ayuntamiento nicaragüense de Somoto.
"No es posible desde aquí determinar si son moldes que pudieran pertenecer o no a otro proyecto y que hubieran podido obtener ya una aportación externa", sentencia el informe realiazado en torno a este proyecto donde, además, el interventor municipal apunta en su escrito a la posibilidad de que haya "una duplicidad de recursos obtenidos" puesto que existe "una cofinanciación por aporte de la comunidad educativa".
'caso urchueguía'
irregularidades en somoto