vitoria. ¿Qué balance hace de estos dos años de Gobierno del PSE apoyado en el PP?
Es un gobierno absolutamente superado, que no coge el pulso a la situación y que se ha dedicado a no contar para nada con la oposición. Pese a aquel objetivo nuestro de evitar que cometieran destrozos, algunos ya han producido porque lejos de responder a la crisis gestionando con mayor rigor han optado por endeudar más a todos y cada uno de los contribuyentes de este país.
¿Cree que acabará la legislatura?
Sí, sí. Pero eso son factores de apreciación del PP, que va a ver hasta qué punto la operación tiene algún efecto electoral positivo. Yo creo que mantendrán el pacto y lo extenderán en las municipales y forales si les dan los números. En democracia todas las opciones son legítimas, pero creo que su gran error, la gravedad de la situación del Gobierno López con el acompañamiento del PP, es que están gobernando y representando a un país en el que no creen, un país y una sociedad que pretenden transformar en vez de respetar. Y todo eso tendrá su reflejo electoral.
¿Reclama más liderazgo a López ante la nueva situación política?
Sí. El análisis que tenían hace un año era erróneo y aunque es evidente que Sortu significa un antes y un después en lo que ha sido la estrategia político-militar, no se resitúan. Están entrampados y actúan a remolque de los acontecimientos y eso tampoco es bueno. El liderazgo exige algo más que descolgar el teléfono y decir oye Urkullu, ¿tú qué opinas? Exige plantear qué podemos hacer entre todos para que afianzar ese escenario de convivencia y reconciliación, qué pasos dar en política penitenciaria,... y a López no se le ve ni se le espera.