El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró ayer que no huirá ni dimitirá por el escándalo sexual en el que se ve envuelto, denunció que la fiscalía de Milán le ha espiado y acusó a su exaliado Gianfranco Fini de formar parte de un proyecto "subversivo" contra él. El dirigente conservador, de 74 años, está siendo investigado por la fiscalía de Milán por concusión y por incitación a la prostitución de menores en el llamado caso Ruby B., la marroquí con la que supuestamente mantuvo relaciones sexuales cuando era menor de edad. Berlusconi denunció un "clamoroso uso político de la justicia" y atacó a su exaliado y actual presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, al que acusó de participar en un "proyecto subversivo" para acabar con su carrera.