Vitoria. Un día después de que la izquierda abertzale oficial, EA y Alternatiba suscribieran en Vitoria el documento Euskal Herria Ezkerretik, que las tres formaciones definieron como el embrión de un "sujeto político compartido", el ministro de Justicia del Gobierno español, Francisco Caamaño, en una quizá calculada ambiguedad, reconoció los pasos que está dando la izquierda abertzale tradicional, "aunque no sean suficientes", al tiempo que lanzó la advertencia tanto a EA como a Alternatiba de que podría impugnar sus listas si en ellas se incluye a "personas vinculadas al entorno de ETA".

Caamaño, que acudió a Bilbao para mantener una reunión con los miembros de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, incidió en el discurso mantenido por el Gobierno de Rodríguez Zapatero -por lo menos de cara al exterior-, por el que se aprecian pasos por parte de la izquierda abertzale oficial, pero no los suficientes como para que este sector político pueda ser legalizado y concurrir de este modo a las próximas elecciones municipales y forales que tendrán lugar el próximo mes de mayo. Así, insistió en que a la izquierda abertzale se le pide "hechos y no documentos", aunque también consideró que "creeemos que está en la buena dirección, pero todavía no ha cambiado los suficiente".

Aunque la pasada semana el propio Caamaño y Cándido Conde-Pumpido, fiscal general del Estado, aseguraron que la nueva marca electoral que tiene previsto anunciar en breve la izquierda abertzale oficial sería ilegalizada, ayer, el ministro de Justicia se tentó la ropa al asegurar que esa decisión se tomaría después de analizar los estatutos que vayan a presentar el nuevo partido. "El Gobierno actuará de la misma manera que lo ha hecho en ocasiones anteriores, es decir, aplicando la ley y siguiendo los procedimientos y plazos establecidos en las leyes", aseguró.

Sin embargo, otro ministro, Ramón Jáuregui, reveló las verdaeras intenciones que ahora mismo guían la política del Gobierno ante la posible vuelta a la legalidad de este sector al afirmar sin ambages que "la voluntad del Gobierno es tratar de impedir que eso sea posible". Mientras la violencia no desaparezca o Batasuna no rompa con ETA, no tendrán la posibilidad de "entrar en la democracia y en el sistema legal por muy hábiles que sean los estatutos o por muy hábiles que sean las plataformas electorales con que se presenten o pretendan presentarse a las elecciones", dijo retomando la estrategia Rubalcaba.

El ministro de la Presidencia, aseguró en los Desayunos Informativos de Europa Press, que considera "inteligente" la postura del Gobierno de "estimular" los esfuerzos que está haciendo Batasuna en los últimos tres años reconociendo como "positivos" sus esfuerzos por rechazar el uso de vías violentas.

Sin embargo, en lo que sonó a una asunción del periodo de "cuarentena" que los principales portavoces del PP vasco vienen defendiendo de cara a comprobar si esta apuesta es real y cumple con la Ley de Partidos, aseguró que si "a pesar" de no ser legalizada para las elecciones del próximo mes de mayo mantienen su apuesta por la paz, se abrirá un periodo de "cierta prueba" para "verificar" si Batasuna sigue queriendo incorporarse a la democracia.

Dar pasos En parámetros similares a los utilizados por Francisco Caamaño y Jáuregui, la portavoz del Gobierno vasco y responsable de Justicia del Gabinete López, Idoia Mendia, exigió a la izquierda abertzale oficial que pase de las declaraciones a los hechos, puesto que se remitió a anteriores procesos que no llegaron a buen puerto.

En declaraciones efectuadas a Radio Popular, Mendia aseguró que la izquierda abertzale tiene cumplir con la ley al igual que el resto de partidos políticos y demostrar que "van a defender las ideas sólo con el uso de la palabra, no con la violencia".

Para la portavoz del Ejecutivo socialista, el problema para que la izquierda abertzale ilegalizada entre en las vías políticas se llama ETA y la necesidad de separarse de esta organización: "El problema que tienen es que en sus pasos no les acompaña la banda terrorista, y ellos, además, no han roto claramente con ese acompañamiento".

Mucho más contundente se mostró el líder del PP, Mariano Rajoy, quien manifestó que "si ETA no se disuelve, Batasuna no irá a las elecciones". Para el dirigente popular, el camino que debe seguir la izquierda abertzale tradicional es el que en su día tomó Aralar. Según aseguró Rajoy, el partido liderado por Patxi Zabaleta, que "estaba con ETA y cuando se separó de ETA pudo presentarse a las elecciones".