Gasteiz. Patxi López se aferró ayer a la "normalidad" y al "cambio" para endulzar el mal trago de afrontar un pleno de Política General marcado por el logro del PNV de la transferencia de las políticas activas de empleo. Una cuestión esta última que jalonó todos los discursos de la jornada, incluido el del propio López, y que el conjunto de los grupos del Parlamento vasca, a excepción del PSE, tomaron como un ejemplo de la falta de liderazgo del lehendakari socialista. Hasta su socio preferente, el PP, le urgió, por boca de Antonio Basagoiti, a tomar la iniciativa en todas las cuestiones que tienen que ver con el desempeño de su cargo. "Hay que moverse, señor lehendakari. Póngase las pilas en todas las cosas, incluida la relación con La Moncloa", le espetó el presidente de los populares vascos.

Consciente del papelón -como lo definió el PP- que suponía que los jeltzales le hubieran ganado por la mano en el traspaso de las políticas activas de empleo, López saludó la transferencia para, a renglón seguido, defender que los socialistas han sabido gobernar, apuntalando la legitimidad y la fortaleza de su Gobierno en un discurso forjado más en el pasado que en el futuro. No sólo porque su intervención se centró mucho en relatar las actuaciones desarrolladas hasta el momento por su Gabinete y poco en las que tiene pensado llevar adelante -faltó concreción en sus apuestas de futuro-, sino porque la referencia permanente que utilizó fue el anterior Gobierno liderado por Juan José Ibarretxe. No mencionó en su discurso al lehendakari jeltzale, pero en las ocasiones en las que ensalzó la labor de su Gabinete lo hizo contraponiendo su gestión a la de los anteriores rectores autonómicos. Una mirada hacia atrás que hizo que el portavoz del PNV, Joseba Egibar, llamara al de López "Gobierno del retrovisor", utilizando la imagen de un conductor obsesionado que al mirar por ese espejo ve permanentemente la imagen del anterior lehendakari. "No es que Ibarretxe esté detrás, es que usted y su gobierno están parados. Tiene que empezar a gobernar", apuntó Egibar. Una apelación que más tarde le haría el propio Basagoiti, quien se mostró crítico con López y su gestión económica a pesar de que el mandatario socialista hiciera al principio de su intervención un reconocimiento al apoyo que los populares le han prestado en este año y medio.

Un apoyo que, una vez más, parece tener pies de barro en lo económico pero que resulta sólido en dos cuestiones: la normalización política y la pacificación. Ahí, el discurso de las dos formaciones confluye totalmente. López retomó su argumento de la existencia de tantas identidades como personas para dar carpetazo a la cuestión identitaria, que planteó como una cuestión del pasado, en unos términos muy similares a los empleados luego por Pastor, quien -tras las críticas lanzadas por la portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, acerca de la negación de ese problema de normalización política y las referencias de Egibar a que el PNV planteará en la negociación presupuestaria el cambio del marco jurídico-político vigente- aseguró que el "Plan Ibarretxe está muerto y enterrado. Es pasado". "En el desarrollo estatutario iremos de la mano, en el resto -en referencia a cambios del marco vigente-, no", respondió después López a Egibar.

También en la política antiterrorista los dos socios compartieron visión al cien por cien. No encuentran nada nuevo en los recientes anuncios de ETA, mantienen su planteamiento de que no hay que mover un ápice la política de presión policial y judicial sobre la organización armada y subrayan que si ésta está más débil y la izquierda aber-tzale ha dado un giro hacia posturas exclusivamente políticas es en esa "firmeza" en donde está el éxito.

El enrocamiento de López y del PP generó controversia en Aralar y de EA, cuyo parlamentario, Juanjo Agirrezabala, recalcó que se ha entrado en una nueva etapa y llamó al mandatario socialista a que, pese al escepticismo con el que ha acogido los anuncios de ETA, no se instale en la inacción. "Hágale caso al señor Eguiguren. Él sí tiene claro que hemos entrado en un camino irreversible hacia la paz y que la apuesta de la izquierda abertzale por la política es seria y definitiva", reclamó. Un llamamiento absolutamente opuesto al que le hizo Basagoiti, que le pidió no volver "al pasado" que para él representan los procesos de negociación.