washington. El general designado para asumir el mando de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, David Petraeus, preparó ayer a los senadores para una escalada de violencia en el conflicto, reduciendo las esperanzas de un rápido cambio después de nueve años de guerra.
"Creo que las duras batallas continuarán. De hecho, podrían intensificarse en los próximos meses", advirtió Petraeus. "A medida que eliminemos los escondites seguros del enemigo y reduzcamos su libertad de acción, los insurgentes devolverán los ataques", dijo. El general compareció este martes en el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado para su confirmación en el cargo, para una de las mayores estrellas militares de EEUU. Poco después de su comparecencia, el Comité le dio su respaldo. Se espera que la confirmación del Senado al completo se produzca esta semana.
La guerra en Afganistán, lanzada tras los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, se ha vuelto impopular en EEUU, pero Petraeus utilizó la audiencia de confirmación para disminuir cualquier esperanza de un cambio rápido en el curso de la guerra.
Petraeus reconoció las limitaciones en el entrenamiento de fuerzas afganas y en crear un Gobierno local frente a lo que llamó una "insurgencia de fuerza industrial".
El general agregó, en declaraciones preparadas para el Comité de Fuerzas Armadas del Senado, que sentía que los combates fuertes seguirían y que incluso podrían volverse más intensos en los próximos meses.
Petraeus dijo que la situación de seguridad seguía siendo "delicada" y que la insurgencia talibán era capaz de recuperarse y estaba segura de que sobrevivirá a Estados Unidos y sus aliados. Petraeus aclaró que apoya la estrategia bélica de Obama, incluyendo el objetivo de comenzar una transición para entregar la autoridad a las fuerzas de seguridad afganas y un retiro gradual de soldados en julio del 2011.
La audiencia estuvo dominada por las divisiones entre demócratas y republicanos en torno a la estrategia militar en Afganistán, en particular por la fecha fijada por Obama.
Sobre esa fecha, el general explicó ante el Comité que no se planteó únicamente para consumo interno sino también como un mensaje "para Kabul de que no estaremos allí para siempre". "Pero estaremos allí, supongo que durante bastante tiempo", esclareció.
Petraeus destacó que cualquier retirada de tropas se basará en las condiciones de seguridad en el terreno y limitado al "aumento" de 30.000 efectivos que Obama acordó enviar en diciembre, como parte de una estrategia revisada que puso el foco en asegurar centros poblados.