El derrocado presidente de Kirguizistan, Kurmanbek Bakiev, afirmó ayer en Minsk que él es el jefe de Estado de ese país centroasiático y llamó a la comunidad internacional a negarle legitimidad al gobierno provisional creado por quienes lo depusieron. "Como presidente de Kirguizistan y garante de la Constitución no puedo estar al margen de la responsabilidad", dijo Bakiev.