madrid. Los grupos minoritarios de la oposición esperan que hoy, en la reunión convocada por el Gobierno para explorar la posibilidad de llegar a un pacto de Estado en materia económica, la troika ministerial formada por Blanco, Salgado y Sebastián ofrezca una hoja de ruta suficientemente "flexible" para incorporar asuntos distintos a los que avanzó el presidente Zapatero. A la vez, esperan que de la reunión quede claro el método de las negociaciones, habida cuenta de que Economía habla de compatibilizar reuniones bilaterales y multilaterales, y que se concrete el orden de prioridades de la agenda de temas.
Sobre la mesa, el Ejecutivo ofrece cuatro áreas de negociación: la mejora de la competitividad y la productividad de la economía española, la política industrial, la reducción del déficit y los problemas del sistema financiero y el acceso al crédito. Al mismo tiempo, ha delimitado los asuntos que considera innegociables, como la subida del IVA prevista para el segundo semestre o el plan de austeridad; y las materias que excluye de este proceso por estar ubicadas en otros foros: la reforma de las pensiones, que debe debatirse el Pacto de Toledo, y la reforma laboral, enmarcada en el proceso de diálogo social con sindicatos y patronal. A partir de ahí surgen las discrepancias. Algunos grupos, como ERC, pretenden que en las negociaciones se hable también de la edad de jubilación y del diálogo social; CiU quiere replantearse la subida del IVA; BNG e IU-ICV exigen una política fiscal más progresiva y garantías de que el recorte del gasto no afectará la inversión pública, y UPyD habla incluso de revisar la financiación autonómica y la Ley de Cajas.
Al margen de todos está el PP. Los populares creen que el propósito de Zapatero con este pacto no es otro, en palabras del líder del partido, Mariano Rajoy, que el de "hacer ruido, ganar tiempo a ver si escampa y distraer la atención" sobre la situación económica. Mientras, Rodríguez Zapatero insiste en que sus intenciones son buenas.