jerusalén. Israel ganó en términos militares y perdió en los políticos la guerra que hace exactamente un año emprendió en Gaza y que le ha proporcionado mayor grado de seguridad y también de aislamiento en la comunidad internacional.
La operación Plomo Fundido ha reducido en buena medida los ataques de Hamás y otros grupos armados contra el Estado judío pero a costa de una matanza de civiles palestinos que aún merece la censura generalizada en la escena internacional. "Sobre el terreno la ofensiva fue militarmente un éxito, aunque es verdad que diplomáticamente nos ha creado dificultades mayores", reconoció el portavoz oficial del ministerio israelí de Relaciones Exteriores, Igal Palmor.
Palmor aludió al surgimiento de procesos judiciales contra responsables israelíes en países occidentales como España y Reino Unido, y de iniciativas de condena promovidas por los musulmanes y en vías de desarrollo en foros como la ONU.
Aunque el Gobierno de Madrid ha frenado los procedimientos en España, en Londres no ha sido así. En la ONU, el voto favorable de la mayoría compuesta por los países musulmanes y en vías de desarrollo mantiene entretanto abierta la posibilidad de que el liderazgo israelí durante la guerra sea procesado por el Tribunal Internacional de La Haya.
"Es innegable que estas campañas nos han creado una imagen negativa", admitió Palmor, quien subrayó que, en contrapartida, "la ofensiva contó con el pleno apoyo de nuestra ciudadanía porque nos ha conducido a una mayor calma y tranquilidad".
En respuesta al lanzamiento de cohetes contra Israel por el movimiento islamista Hamás y otros grupos armados, la operación Plomo Fundido mantuvo por tres semanas sometida a continuos bombardeos por tierra, mar y aire a la exigua franja palestina.
Con 40 kilómetros de largo por diez de ancho, y millón y medio de habitantes que en gran escala subsisten gracias a la cooperación de los donantes debido al bloqueo israelí, Gaza es una de las zonas más pobladas y paupérrimas.
Y el resultado de la séptima contienda bélica que el Estado de Israel libró contra sus vecinos árabes en 60 años de existencia, pero primera en que el enemigo no tenía retaguardia donde encontrar refugio, fue la muerte de 1.400 palestinos. Una tercera parte de las víctimas mortales fueron mujeres y niños y causó más de 5.000 heridos.