madrid. El juez Fernando Grande-Marlaska ordenó ayer el ingreso en prisión incondicional de nueve presuntos miembros de Segi que declararon en la Audiencia Nacional, mientras que dejó en libertad a dos, dentro de la operación desarrollada esta semana contra la cúpula de la organización.

Así lo confirmaron fuentes jurídicas, con lo que del total de 35 detenidos, Grande-Marlaska ha enviado a prisión a 31 de ellos por delitos de integración terrorista, en contra del criterio del fiscal, que solicitaba cárcel para todos ellos, y ha dejado en libertad a cuatro, acusados de colaboración terrorista.

Los dos detenidos que Marlaska dejó en libertad ayer son Joseba Dalmau e Iker Martínez, arrestado en la mañana de ayer por la Guardia Civil en las inmediaciones de la Audiencia Nacional cuando iba a entregarse al juez, aunque al primero le ha prohibido abandonar el territorio nacional y le ha impuesto la obligación de comunicar su domicilio y comparecencias semanales en el juzgado, y al segundo, la de acudir sólo cuando se le llame.

Con esta operación, que llevaba varios meses preparándose, el Ministerio del Interior considera que se puede dar por concluida "la casi total desarticulación de las estructuras clandestinas de Segi en España".

Además de constituir actualmente la "cantera" de la banda terrorista, para el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero la organización Segi es la encargada por ETA de llevar a cabo acciones de desestabilización mediante la denominada "violencia callejera", siendo la organización de la izquierda abertzale "más ortodoxa y de mayor fidelidad" a la banda terrorista.