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Socializar el sufrimiento

El resumen es que unos pocos amenazaban, perseguían y asesinaban a quienes no comulgaban con sus objetivos políticos

Socializar el sufrimientoEP

Socializar el sufrimiento

europapress.es

No por repetirlo deja de ser verdad que no hay que olvidar los errores y horrores del pasado para evitar que se repitan. Con esa premisa, el Instituto Vasco de la Memoria, Gogora, ha organizado esta semana un acto inédito y muy necesario, en mi opinión. Un encuentro entre jóvenes de 16 y 17 años -que no han vivido, al menos directamente, la violencia de ETA- con víctimas de la banda terrorista para conocer de primera mano qué fue exactamente eso de “socializar el sufrimiento”. Y fue, básica, simple y llanamente, que unos pocos amenazaban, perseguían y asesinaban a quienes no comulgaban con sus objetivos políticos.

Parcialidad y relato

barakaldodigital.blogspot.com

Los jóvenes participantes en el acto de Gogora sacaron una conclusión clara, la única posible: “Las víctimas sufrieron sin haber hecho nada malo”. Sólo hay un partido al que parece que le escuecen estas iniciativas. EH Bildu acusa a Gogora de parcialidad y aboga por “un relato polifónico sobre el pasado” que tenga en cuenta y repare “todas las vivencias, sufrimientos y heridas” para construir “un imaginario colectivo seguro y justo”. Habría que preguntarles a qué se refieren exactamente con un imaginario “justo” y qué heridas creen que hay que reparar entre quienes estaban del lado de los que “socializaban el sufrimiento”.

Enaltecimientos

eldiario.es

Curioso que EH Bildu esgrima los mismos argumentos que usan PP y Vox, aunque a la inversa, contra la reforma de la ley de asociaciones a la que el Congreso acaba de dar luz verde. Enaltación es enaltación venga de donde venga, así que la reforma, que pasa ahora al Senado, incluye como nueva causa para disolver asociaciones “la apología de la dictadura o el golpe de Estado de 1936 cuando cause humillación a las víctimas”. Una decisión, por cierto, de la que serán competentes los jueces, así que la polémica está servida. En cualquier caso, curioso que los supuestos polos opuestos coincidan. Curioso, pero no mucho, en realidad.

Son sólo negocios

20minutos.es

El culebrón arancelario nos ha brindado un último episodio en el cual Trump se jactaba en el mismísimo despacho oval de que sus amigos habían ganado mucho dinero del tsunami bursátil provocado por él mismo. Que muchos hayan perdido su dinero mientras los amigos del presidente se forran gracias a información privilegiada puede indignar a muchos, pero no hay que olvidar que Trump siempre se ha visto a sí mismo como un hombre de negocios y, de todo lo ocurrido estos días, él afirmaría, parafraseando a Al Capone, que “algunos lo llaman aranceles, algunos lo llaman chantaje, yo lo llamo negocio”.

Eufemismo arancelario

investing.com

Tras días de locura arancelaria, ha calado la idea general de “arancel = malo”. Buscando un eufemismo y un distanciamiento con Trump, la UE estudia cambiar sus aranceles al coche eléctrico chino por un “precio mínimo”. Suena mejor pero, en el fondo, viene a ser lo mismo. Los aranceles están cogiendo mala fama pero, quizás, en justa y estudiada medida, sean necesarios para salvaguardar nuestros puestos de trabajo y, por extensión, nuestro Estado del Bienestar, evitando el colapso de nuestro tejido productivo a manos de productos subvencionados y fabricados con mano de obra demasiado barata.