Tras mi decepción con el palmarés de los Ig Nobel de este año -no pretendo desmerecer a nadie, pero es difícil estar a la altura del estudio sobre la actividad cerebral de una langosta mientras ve La guerra de las galaxias o sobre si los pingüinos de cierta isla caen hacia atrás o no cuando los sobrevuela un helicóptero-, descubro una noticia que me reconcilia un poco con la actualidad. La Policía de Utrecht detenía recientemente a un pájaro junto a su dueño. Al parecer, el hombre fue arrestado por un robo y en el momento de la detención el ave estaba, tipo loro de pirata, encaramada al hombro del presunto ladrón. Lo chusco del asunto es que por alguna razón la Policía de esta ciudad holandesa se vio en la necesidad de informar en Instagram del asunto, así como de aclarar que no se presentaron cargos contra el animalico, que al parecer fue convenientemente alimentado durante el tiempo de su arresto. Suponemos que al no haber sido presentados cargos no procedían las típicas fotos de ficha policial: frente, perfil izquierdo, perfil derecho. Pero sí queda constancia en Instagram de la imagen subida por la Policía del pequeño pajarillo de plumaje en tonos verdes y anaranjados en la que aparece con el rostro oculto por una franja negra. Para preservar su intimidad, por supuesto.