El Barómetro de octubre 2017 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dependiente del Ministerio de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales, ofrece una estimación de voto por partido político, lo que el propio centro define como “hipotéticos resultados electorales”, conformado en base a “aplicar un modelo de estimación a los datos directos de opinión que no suponen ni proporcionan por sí mismos ninguna proyección de hipotéticos resultados electorales”. Pero si tamaño malabar dialéctico permite al CIS publicar como estimación de voto que el PP obtendría el 28% de los apoyos, el PSOE el 24,2%, la suma de todas las confluencias y Podemos el 18,5% y Ciudadanos el 17,5%, un análisis más detallado de los resultados de la encuesta realizada por el centro (a solo 2.487 personas) permite concluir que el sondeo supera todos los límites de la incongruencia. Así, por ejemplo, el planteamiento de las preguntas y la interpretación del CIS permite situar como “el principal problema que existe” tras el del paro (66,2%) a “la independencia de Cataluña” (29%) por delante de “los políticos y la política” (27,5%) y “la corrupción y el fraude” (28,3%), pero cuando se trata de señalar “el principal problema que afecta personalmente” al encuestado, tras el paro (34,9%) y los problemas de índole económico (23%), tanto los políticos y la política (10,5%) como la corrupción y el fraude (10,2%) se sitúan por delante de la independencia catalana (8,8%). ¿Es posible que el segundo principal problema que existe sea el quinto en afección personal a los encuestados? En todo caso, lo sería solo como fruto de un discurso mediático-político que ha usado la crisis catalana, exacerbándola y sobreexponiéndola, lo que ha dificultado las vías de solución, para ocultar la crudeza de los problemas económicos y políticos que afectan al Estado y sus consecuencias directas en la población. Y esto se traduce en que pese a que el 74,3% de los encuestados cree que la situación económica es igual o peor que hace un año y el 59,6% que seguirá igual o peor, y el 76,9% califica de mala o muy mala la situación política, la suma del porcentaje de voto a los dos principales partidos, PP y PSOE, los únicos que han tenido responsabilidades de gobierno en el Estado, apenas habría descendido un 3,5% y la suma de sus teóricas alternativas, C’s y Podemos -que deberían analizarlo-, solo aumentaría un 1,8%. Es la incongruente posverdad del CIS.