Hace ya cierto tiempo que un alcalde de Vitoria que decía amar Vitoria y trabajar solo por Vitoria permitió a algunas familias de la ciudad aparcar sus vehículos en cualquier zona cercana a los colegios donde acuden los pequeños de la casa, esos chiquitines que al parecer no saben caminar ni coger un autobús. En los momentos de carga y descarga de infante o infantes, los agentes de la Policía Local no multan, sólo están, miran y actúan cuando es necesario, a pesar de las constantes infracciones de tráfico que cometen esos padres y madres, y que servidor ve diariamente. Esto no ocurre en las puertas de todos los colegios de la ciudad, sino de los más céntricos, que ya saben ustedes cuáles son. La decisión de ese alcalde que decía amar Vitoria y trabajar sólo por Vitoria la ha heredado el nuevo gobierno municipal. Dice este nuevo equipo que tiene un problema y que van a examinar la situación. Próceres, el problema ya existía, lo conocen perfectamente, así que hay muy poco que examinar y mucho por hacer: si dejan ustedes que esas familias utilicen la vía pública a su antojo, por ser vos quien sois, ¿con qué argumentos pretenden que el resto cumpla con las normas de tráfico? Den ejemplo y corten de raíz este rancio e inaceptable privilegio.