LA puesta en marcha de la ponencia de autogobierno en el Parlamento Vasco, en la que los partidos políticos deben acordar el nuevo estatus para Euskadi, ha abierto el debate sobre los distintos proyectos -aún muy incipiente y sin concretar- pero también ha levantado la controversia con respecto a la metodología misma sobre la que deben trabajar las formaciones en la Cámara. En especial, los socialistas vascos están insistiendo en que deben ser el Gobierno y el lehendakari quienes deben presentar una propuesta inicial concreta sobre la que debatir. El Ejecutivo vasco, por contra, descarta esta opción y quiere que sean los propios partidos los que, con base en cada uno de los distintos proyectos, acuerden con el máximo consenso posible una formulación que posteriormente, y si así se lo reclaman en la ponencia, el Gobierno plasmaría en un texto articulado que después debería ser aprobado por el Parlamento y, finalmente, por la ciudadanía de la CAV. Curiosamente, en este asunto metodológico, las posiciones de los partidos han variado de forma significativa. Durante el proceso que desembocó en la aprobación del Nuevo Estatuto Político propuesto por el lehendakari Juan José Ibarretxe, los socialistas fueron quienes más insistieron en que el Gobierno no debía llevar un proyecto concreto a una mesa, ya que lo consideraban una "imposición". Es más, fue el propio líder del PSE, Patxi López, quien acuñó la fórmula del "folio en blanco" como el método que debía seguirse, al igual que, según subrayaban los socialistas, se estaba llevando a cabo en Catalunya con la reforma de su Estatuto. Ahora, sin embargo, el mismo Patxi López asegura lo contrario: que "este país no puede partir de un folio en blanco". Es evidente que el PSE no está especialmente interesado en debatir sobre el autogobierno de Euskadi, pero no puede buscar excusas como exigir al Gobierno vasco un proyecto concreto, táctica que más bien parece un intento de trabar el debate antes de su inicio e incluso imposibilitarlo, en busca de una especie de plan Urkullu -les faltaría tiempo a los socialistas para bautizarlo- que demonizar para desgastar al Ejecutivo. Enredados como están en el derecho a decidir -ahí están las palabras de Gemma Zabaleta a favor y de Txarli Prieto desautorizándola-, más bien parece que no quieren evidenciar que carecen de proyecto claro para Euskadi.
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