¡Ay, patria mía! Qué pena siento al contemplarte tan pequeña y dividida. Cuánto esfuerzo baldío y cuánto tiempo perdido con discusiones y enfrentamientos inútiles. Más que hacer patria parece una pelea de corral, peleas de chavales que siempre terminan con aquello de y tú más. Cuánto afán de protagonismo o de control de poder y qué poco nos preocupa la situación de nuestro país y de lo rápido que corre el tiempo sin resultados positivos para avanzar en el autogobierno.

No me cansaré de repetir que lo que no consigamos nosotros por la unión de todos los nacionalistas sobre el autogobierno, no nos lo va a regalar nadie. No hay otro camino que arrancárselo al Estado, sin violencia pero con constancia y esfuerzo. Las discusiones inútiles, la semántica, el tiempo perdido, solo juegan en nuestra contra. Aprendamos de nuestros errores y de los de otros (Estatuto catalán) y afrontemos nuestro compromiso.