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Nuevo tratamiento financiado para tratar la epilepsia

La aparición de innovadores medicamentos, ya comercializados en España y financiados por la Seguridad Social, abren un nuevo horizonte para los pacientes con epilepsia farmacorresistente.

Nuevo tratamiento financiado para tratar la epilepsia

Más de 50 millones de personas en el mundo, seis de ellas en Europa y 400.000 en el Estado Español, padecen epilepsia. Algunas de estas epilepsias son consecuencia de un accidente, otras de un tumor, de una malformación o de una disfunción orgánica, pero un porcentaje importante son de origen genético. Sea cual sea su causa, todas presentan como principal síntoma convulsiones repetidas como consecuencia de una excesiva actividad eléctrica de las neuronas cerebrales.

Agresividad electrónica que Julio César, Dostoyevsky y, según Aristóteles, hasta el mismísimo Hércules padecieron compartiéndola con una de cada diez personas que alguna vez han sufrido una convulsión, que en la mayoría de los casos no vuelve a repetirse, por lo que no se les considera epilépticos, ya que sólo se habla de epilepsia si ha habido dos o más crisis con convulsiones.

Si la parte más espiritual del ser humano se encuentra en el cerebro, no es de extrañar que durante mucho tiempo se la tuviera por enfermedad sagrada o divina al decir de Platón, pero a pesar de la aparatosidad de las convulsiones y de un cierto estigma social que aún la rodea, es una patología tratable con un buen control en seis de cada diez casos, en dos con notable mejoría mientras en los otros dos apenas hay mejoría. 

Según la Sociedad Española de Neurología, a las 400.000 personas epilépticas se añaden cada año entre doce y veinte mil casos nuevos, de los que un 70% desarrollan una vida normal, siendo el resto fármaco-resistentes, refractarios a los fármacos antiepilépticos habituales.

Tratamientos

La aparición de innovadores fármacos en el mercado como Ontozory (cenobamato), comercializado ya en España y financiado por la Seguridad Social, son un paso firme adelante en los tratamientos de crisis focales en personas diagnosticadas con epilepsia farmacorresistente”, tal y como subrayaron los expertos en el encuentro anual de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) celebrada recientemente en Dublín.

Porque el tratamiento de la epilepsia farmacorresistentes (pacientes que han sido tratados con varios fármacos y no han notado mejoría) supone un reto desde hace varias décadas, ya que la falta de control de la crisis en estos pacientes está asociada a mayor mortalidad, también a alta morbilidad y a un importante reducción de la calidad de vida, “no solo ligada a la propia enfermedad, sino derivada de los efectos adversos inducidos por el alto número de fármacos a los que se ven expuestos”, indicaron los expertos.

Y es que las complicaciones asociadas a la epilepsia son graves, con un riesgo de mortalidad prematura hasta dos veces superior al de la población general; las crisis recurrentes asociadas a esa enfermedad tienen efectos de gran alcance sobre la salud física y mental en general, las oportunidades de educación y empleo, y otros factores de la calidad de vida, como las relaciones sociales.

Existen tratamientos para ayudar a reducir las crisis y mejorar la calidad de vida y se cree que aproximadamente el 70% de las personas con epilepsias responden a estos tratamientos.

En opinión de pacientes y especialistas “es imperiosa la necesidad de seguir investigando en fármacos capaces de aportar mayor efectividad y que permitan mejorar la calidad de vida de las personas con epilepsia farmacorresistente.