1 Los ajos alivian el dolor de las articulaciones. Muchos de sus beneficios son de sobra conocidos, sin embargo, no todo el mundo sabe que el ajo, más allá de ser un poderoso aliado para el corazón y de actuar como un eficaz antibiótico, también ayuda a aliviar el dolor de las articulaciones gracias a su elevado contenido en selenio y sulfuro. Por eso se recomienda especialmente a las personas que sufren artritis. Un zumo de limón con un poco de ajo machacado es muy recomendable para las articulaciones.

2 Boquerones para unos huesos fuertes. Como todos los pescados azules, los boquerones aportan grasas buenas, que ayudan a reducir los triglicéridos y el colesterol. Además, son fuente de vitamina D, la cual contribuye a la absorción y utilización del calcio y el fósforo, y de esta forma cuida la salud de nuestros huesos.

3 Guisantes para mejorar la leche materna. Esta legumbre, sobre todo cuando se combina con huevo –ensaladilla rusa, revueltos, etc– aporta altas dosis de manganeso. Este mineral, necesario para la producción de leche materna, fomenta el crecimiento de los niños y niñas.

4 Arándanos rojos para las encías. Son uno de los alimentos más ricos en antioxidantes y son populares por proteger frente a la cistitis. Sin embargo, otra interesante propiedad de esta fruta es que sus polifenoles compuestos antioxidantes inhiben el crecimiento y desarrollo de las bacterias causantes de las enfermedades de las encías. Así lo demuestra un estudio publicado en el Journal of Agricutural and Food Chemistry.

5 Los anacardos y las emociones. Por su aporte en triptófano, el anacardo promueve la producción de la serotonina, el neurotransmisor que alimenta en nuestro interior la sensación de bienestar. Lo ideal, si estás bajo de ánimo, es picotear unos anacardos a la hora de la merienda o espolvorearlos sobre tus recetas, por ejemplo, pollo con curry, wok de verduras, etc.

6 Aceitunas, un concentrado ‘antiox’. El fruto del olivo, la materia prima a partir de la cual se obtiene el aceite virgen de oliva, es un alimento clave en la dieta mediterránea. Gran parte de sus atributos saludables reciben en su altísima concentración de ácido oleico, una grasa cardiosaludable muy saciante. Este aceite además de ser un amuleto en caso de diabetes, protege el corazón y es un buen anticancerígeno.

7 Berenjena morada para mimar el corazón. Es una de las hortalizas veraniegas por excelencia. Hay distintas variedades, pero la morada es la más popular. Precisamente su color se debe a las antocianinas, unos pigmentos antioxidantes que previenen problemas cardíacos como la aterosclerosis o el infarto.

8 Alcaravea en infusión. Las semillas de esta planta se cosechan maduras al final del verano. Además de dar sabor a distintas recetas tienen diferentes usos terapéuticos. A saber. Gracias a su acción antiséptica y a su efecto digestivo, tomar alcaravea en infusión ayuda a tratar el mal aliento. Con este fin, combínala con té de oca. Esta infusión también es buena para calmar el dolor menstrual con calambres y es un fabuloso estimulante del apetito. Comprueba sus efectos tomando una infusión mixta de genciana y alcaravea media hora antes de la comida.

9 Enriquecer con perejil los aliños. El perejil concentra altísimas cantidades de varios de los nutrientes que más o mejor refuerzan nuestras defensas. Entre ellos, la vitamina A y C, el hierro y el zinc. Lo ideal es añadirlo a aliños de aceite de oliva, ajo y zumo de limón.

10 Zumo de manzana y apio para bajar el ácido úrico. Tanto la manzana como el apio actúan como potentes diuréticos y son capaces de estimular la eliminación del ácido úrico a través de la orina. Si eres propenso a sufrir ataques de gota y temes que los excesos del verano –alcohol, carnes rojas y procesadas, marisco, etc– pasen factura, toma este licuado.