¿Se imaginan un deporte que mezcle las porterías del fútbol, el bote del baloncesto y el contacto físico del rugby? Pues sí, por sorprendente que parezca, existe, y se denomina fútbol gaélico. En un campo rectangular, similar al del fútbol, 15 jugadores por equipo se enfrentan en este emocionante y curioso deporte de origen irlandés. En cada extremo del verde, dos porterías en forma de H en las que la parte inferior tiene una red (simulando una portería de fútbol convencional), pero cuyos palos se alargan formando una portería similar a la que nos encontramos en el rugby. Es decir, una especie de combinación entre fútbol y rugby, con tintes de baloncesto. 

Irlanda fue la cuna de este deporte, y no hace precisamente poco tiempo. Nos tenemos que remontar al siglo XVI, en concreto, a mediados de la centuria. Por aquel entonces, el caid era el deporte rey en aquel país, el antiguo fútbol irlandés, y sería el germen del fútbol gaélico tres siglos después. Fue verdaderamente en el siglo XIX cuando este deporte comenzó a asentarse como uno de los más populares en Irlanda, sobre todo a raíz de la creación de la Asociación Atlética Gaélica (GAA). Y hasta nuestros días, en los que este deporte es más popular que el fútbol y que el rugby en Irlanda, de hecho, la asociación es la institución deportiva más importante del país y cuenta con más de 800.000 socios. 

Lanzamiento de un ‘free-kick’ durante un partido. Unknowsports

Pero, ¿cuáles son las reglas que rigen este deporte? En cuanto al terreno en el que se juega, es un campo rectangular con las siguientes medidas: entre 130 y 145 metros de largo y entre 80 y 90 metros de ancho. Se juegan 60 minutos por partido, divididos en dos partes de 30 cada una. Además, de los 15 jugadores titulares, cada equipo puede tener 15 jugadores suplentes, de los que pueden utilizar a cinco. El balón es similar al del fútbol convencional, pero ligeramente más pesado.

Puntos

Y lo que verdaderamente importa, los puntos. ¿Cómo suman tantos los equipos? El balón se lleva en las manos y ha de ser botado o tocado con el pie por el jugador cada tres o cuatro pasos, con el objetivo de meterlo en la portería en forma de H. Si logran meter el balón en la red, algo parecido a un gol en el fútbol convencional, sumarán 3 puntos, mientras que si logran meterlo por encima del larguero, será un solo punto. En el primer caso, el juez de línea levantará una bandera verde, en el caso de sumar un punto, la bandera alzada será blanca. Para robar el balón, es similar al baloncesto, solo que el movimiento siempre debe ser realizado de arriba hacia abajo. Al igual que en el rugby, los placajes están permitidos, pero con menos dureza. En caso de hacer una falta, se lanzará lo que se denomina como free kick, que se puede lanzar con el pie o con las manos. Y, al igual que en el fútbol convencional, si esa falta es cometida dentro del área, se lanzará un penalti (penalty kick), a 17 metros de la portería. 

Deporte con historia

A pesar de lo que muchos puedan pensar, este es un deporte con mucha historia, pero cabe destacar un acontecimiento, para los más curiosos. El 21 de noviembre del año 1920, con el país enfrascado en la lucha por la independencia, tuvo lugar el famoso Domingo Sangriento durante un partido de fútbol gaélico en el estadio de Croke Park. Cuando el encuentro estaba a punto de comenzar, las fuerzas del Ejército británico, como respuesta al asesinato de varios agentes británicos esa mañana, a manos del IRA, irrumpieron y abrieron fuego contra público y jugadores. El balance fue de varias personas fallecidas y decenas de heridos. Desde entonces, y hasta el año 2001, se impuso la famosa regla número 21, que establecía la prohibición de practicar fútbol gaélico a cualquier miembro de las fuerzas de seguridad británicas. 

En España es un deporte menos popular, pero no inexistente. De hecho, hay un campeonato regional que agrupa a equipos de la Península Ibérica. Entre ellos, hay clubes de diferentes zonas de España, desde Galicia hasta Valencia, pasando por Granada y Barcelona. El último campeón fue un equipo de Madrid, el Madrid Harps, equipo con mayor palmarés en la historia de esta competición, con 10 campeonatos ganados. En definitiva, un novedoso deporte que combina el juego y el trabajo en equipo con un enorme sacrificio en el terreno de juego, pues requiere una forma física muy exigente para poder practicarlo.