Desde que los primeros humanos descubrieron el lenguaje en todas sus formas y aprendieron a utilizarlo, esta herramienta ha sido la que más ha distinguido a la especie del resto de animales. Y sin embargo, hay lenguas ancestrales e históricas que corren peligro de desaparecer. El doctor en Sociolingüística, investigador y coordinador de proyectos freelance en revitalización lingüística Beñat Garaio, participa en la organización de Higa, los encuentros que se celebran en Gasteiz precisamente para potenciar el uso de las lenguas consideradas minoritarias, y crear sinergias entre los distintos hablantes, porque para él es esencial que estas lenguas se conserven y transmitan de generación en generación ya que, tal y como reflexiona la Unesco, la extinción de una lengua significa “la pérdida irrecuperable de saberes únicos, culturales, históricos y ecológicos”.

Beñat Garaio. Jorge Muñoz

La propia organización arrojaba en un artículo que de aquí a finales de siglo, entre el 50% y el 90% de las casi 7.000 lenguas que se hablan hoy en el mundo podrían desaparecer, según la última edición del Informe de la Unesco sobre las lenguas del mundo 2021, publicado en mayo de ese año. Pero, para poner en contexto lo que supondría todo esto, cabe preguntarse en primer lugar qué es una lengua. Y es que no es lo mismo lengua que dialecto, y la propia RAE también hace sus distinciones a este respecto. De esta forma, define una lengua como el sistema de comunicación verbal propio de una comunidad humana y que cuenta generalmente con escritura, y el dialecto como la variedad de un idioma que no alcanza la categoría social de lengua; además de que para este diccionario el idioma es la lengua de un pueblo o nación, o común a varios.

De esta forma, Garaio también recuerda que muchas veces se dice que la lengua es “un dialecto con una armada”, que si una lengua cuenta con la protección de un Estado es lengua, y si es de segundo nivel, es considerada dialecto. “Pero de por sí, el dialecto sería la variación de una lengua. Como pasa con los euskalkis, que la lengua es el euskera y las variaciones serían los euskalkis, los dialectos”, explica. 

Grados de peligro

Pero, ¿sabían que hay diferentes grados de peligro de desaparición de una lengua? Ahí Garaio reconoce que existen criterios y clasificaciones diferentes, que no siempre concuerdan. Sin embargo, él se atiene a la definición de la Unesco, que establece que “una lengua está en peligro cuando sus hablantes dejan de utilizarla, cuando la usan en un número cada vez más reducido de ámbitos de comunicación y cuando dejan de transmitirla de una generación a la siguiente. Es decir, cuando no hay nuevos hablantes, ni adultos ni niños”. En ese sentido, además, existen diferentes categorías de riesgo de desaparición que se van definiendo según las funciones que una lengua puede cumplir plenamente. Ahí destacan, por ejemplo, poder hablar con tu círculo cercano, poder consumir cultura o medios de comunicación en tu lengua, poder dirigirte a la administración en esa lengua o poder hacer uso de las nuevas tecnologías, entre otras. Y, en función de las respuestas a estas cuestiones, cada lengua entrará en un grupo u otro; que van desde que no corre peligro, hasta vulnerable, claramente en peligro, seriamente en peligro, en situación crítica y extinta.

“La realidad es que, si no me equivoco, solamente 200 lenguas tienen asegurada su supervivencia en cien años, y para las restantes la situación es muy diversa, pero la mayoría de ellas están condenadas a desaparecer en los siguientes años si no se hace algo”, recuerda el doctor en Sociolingüística, que añade que, aunque algunas sean minoritarias, podrán seguir durante “unas décadas, cien años... pero no tienen su supervivencia asegurada ni mucho menos”. 

Y él ha hecho además un estudio para calcular cuántas lenguas diferentes hay en el Estado español. “En el Estado parece que siempre se habla de castellano, catalán, gallego, euskera, y no hay cifras exactas, pero en una investigación que hice yo, contabilicé hasta 23 lenguas autóctonas que se pueden considerar españolas. Tenemos que creernos que el multilingüismo existe, y que es motivo de celebración y de orgullo”. 

Pero, ¿en qué grupo entra el euskera dentro de las categorías de prevalencia antes mencionadas? Desde hace ya varios años se encuentra en la sección de lenguas vulnerables, que suponen que la lengua es utilizada por algunos niños en todos los ámbitos, y por todos los niños en ámbitos restringidos. “La Unesco nos cataloga como lengua vulnerable, pero si empiezas a ver cuántos recursos tenemos, cuántas iniciativas están en marcha, el apoyo por parte de la sociedad que tiene el euskera, la situación socioeconómica del territorio, el euskera en redes... La verdad es que estamos en una situación privilegiada y tenemos mucho más fácil revitalizar al euskera, aunque nuestra lengua tiene muchos retos, debilidades y amenazas a las que hacer frente”, recuerda el sociolingüista, que reconoce que otras lenguas no tienen todos estos recursos. 

La importancia de las redes sociales

Ahora, en este mundo globalizado, las redes sociales también juegan un papel muy importante en la supervivencia o extinción de las lenguas. Y es que son un reflejo de cómo nos comunicamos en nuestro día a día. En ese sentido, Garaio reconoce que pasa un poco de todo, que “por un lado queremos comunicarnos en nuestra lengua, y al final buscas a gente que hable tu lengua y te comunicas en redes sociales”. Eso recuerda que está pasando con muchas comunidades hablantes de todo el mundo. Pero también ocurre con lenguas que están en una situación “muy precaria”, y que hay personas que encuentran la forma de hablar en su lengua. Sin embargo, hay otras que “por razones culturales, políticas o simplemente porque no tienen costumbre de escribir en su lengua, no tienen esa oportunidad”. Es por eso que las comunidades que tienen la oportunidad de usar su lengua para comunicarse en redes sociales cumplen una condición para que su vitalidad como lengua sea más fuerte. A pesar de todo, según la Unesco, las cuatro lenguas más usadas en el ciberespacio siguen siendo -en este orden- el inglés, el mandarín, el hindi y el español. 

La supervivencia, en definitiva, de las lenguas depende de sus hablantes, de que estos las transmitan de generación en generación y de que se valoren como el tesoro que son, porque tal y como recuerdan desde la Unesco, “la diversidad lingüística es esencial en el patrimonio de la humanidad. Cada lengua encarna la sabiduría cultural única de un pueblo”, y como tal, deben protegerse y cuidarse.