La 080 Barcelona Fashion arrancó el pasado 25 de octubre su trigésima edición en el recinto modernista de Sant Pau, una cita de cuatro días que estuvo marcada por la recuperación de su formato presencial, tras cuatro ediciones virtuales, pero sobre todo por su clara apuesta por la sostenibilidad, la moda circular y la innovación tecnológica. En total, 23 firmas mostraron sus nuevas colecciones y entre ellas, veteranas de la pasarela catalana como Custo Barcelona, Lola Casademunt by Maite, Simorra o Txell Miras, y otras que van convirtiéndose en habituales de la cita, aunque hasta ahora no habían podido disfrutar de desfiles con público, como Is Coming o The Label Edition.
Entre las novedades, la propuesta de los estilistas Fermin+Gilles, que exhibieron un desfile con prendas de segunda mano bajo el nombre Reborn (renacido), una colección basada con ropa 100 % recuperada. “Queremos concienciar a la sociedad de que con la ropa de segunda mano se puede estar al día, además de tener una calidad y características mucho más altas de lo que la gente cree”, afirman sus creadores. “Hemos encontrado auténticas joyas de temporadas pasadas en las que no existía el fast fashion y los tejidos eran más nobles”, añaden. Esta novedosa iniciativa ha despertado un gran interés y pretende ser toda una declaración de intenciones: la moda es sostenible o no será.
Presencia vasca
En la agenda de este año de la 080 Barcelona no podía faltar una firma vasca cuyo nombre está muy ligado a la pasarela catalana desde que debutara en junio de 2019, cuando por cierto ganó el premio a mejor colección de diseño emergente. Hablamos de Eñaut, marca tras la que se encuentra el diseñador guipuzcoano Eñaut Barruetabeña (Mutriku, 1993). Afincado en Barcelona desde hace años, creó en 2018 su firma y desde el comienzo siempre ha apostado por una filosofía sostenible.
En esta ocasión presentó su séptima colección, titulada Under, con la que pretende reivindicar la labor de los corales en el impacto medioambiental y su importancia en la limpieza del aire. Destacaron en su desfile patrones elaborados bajo aparente simpleza y minimalismo y una revisión al traje clásico masculino en tejidos poco habituales, como la piel. Además, en sus diseños evoca plantas y fondos marinos que sobresalen de abrigos y camisetas en referencia, según explica, a la pesca de arrastre destructiva con los fondos marinos.