"Francisco ha sido un Papa valiente: Ha abierto debates"
María José Arana cataloga el pontificado de Francisco como una bendición, con importantes avances y retos pendientes, como la igualdad de género dentro de la Iglesia
Aunque no ha visto en el Papa Francisco un excesivo entusiasmo por las mujeres, María José Arana (Bilbao, 1943), hace un balance positivo de sus 12 años al frente de la Iglesia. Arana, histórica luchadora feminista en la Iglesia, ha sido profesora en el Instituto de Teología de Vida Religiosa en Vitoria, en la Facultad de Teología de la misma ciudad, ha impartido clases en Bilbao, Donostia, Madrid… y numerosas conferencias en el Estado y en el extranjero. En los últimos años, además de dar charlas, ha publicado varios libros como Rescatar lo femenino para re-animar el mundo o La clausura de las mujeres.
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Han sido doce años de pontificado. ¿Cómo valora la labor del Papa Francisco en este tiempo?
Creo que ha sido una bendición. Su pontificado ha tenido muchos aciertos que merecen ser destacados. No lo ha tenido fácil, ha tenido grupos muy agresivos en su contra, incluso dentro de la propia jerarquía de la Iglesia. Ha sido atacado por algunos cardenales y obispos molestos con sus decisiones. Aun así, ha logrado superar esas barreras y abrir puertas. Se mantenido firme, promoviendo un enfoque más cercano y misericordioso.
¿Le parece entonces que su pontificado deja un legado positivo?
Sí, pero con matices. Ha sido un Papa valiente; ha tomado decisiones difíciles y ha abierto debates que eran impensables hace años. También ha promovido la vida espiritual de los fieles. Sin embargo, hay aspectos donde se ha quedado corto, como en la igualdad de género dentro de la Iglesia. Aun así, su pontificado ha tenido más luces que sombras. Su impacto se seguirá sintiendo en el futuro.
“Francisco ha sido un Papa valiente; ha abierto debates y ha promovido un enfoque misericordioso”
¿Cuáles considera que han sido sus principales logros?
Ha trabajado mucho por los más pobres y marginados. Su visión latinoamericana le ha permitido centrarse en quienes han sido tradicionalmente olvidados. Además, ha promovido una Iglesia más misericordiosa, con una actitud de mayor comprensión hacia las personas LGTBI. Su apertura en este sentido ha sido un gesto importante, aunque le ha costado caro y no ha sido bien recibido por todos. Sin embargo, ha dejado claro que no se trata solo de compasión, sino de conocimiento y reconocimiento de la diversidad humana.
Uno de los temas más delicados ha sido el de los abusos sexuales dentro de la Iglesia. ¿Cómo cree que lo ha afrontado?
Es un problema que viene de antes, pero Francisco ha seguido adelante con determinación. No ha sido fácil; ha tenido que hacer frente a muchas resistencias, incluso de personas con gran influencia dentro de la Iglesia. Aun así, ha afrontado el tema con dignidad, aunque, como todos, ha cometido errores y ha dejado cosas pendientes. Pero ha tratado de que todo salga a la luz y se analice seriamente.
“Su apertura hacia las personas LGTBI ha sido un gesto importante, aunque le haya costado caro”
La ecología ha sido una de sus preocupaciones. ¿Qué impacto cree que ha tenido su mensaje en este ámbito?
Su compromiso ha sido fundamental. Ha puesto la ecología en el centro del discurso de la Iglesia, algo que hasta ahora no se había hecho. Ha dado continuidad a algunas ideas previas, pero con sus encíclicas ha lanzado una alerta importante. Su enfoque no solo apela a la sociedad civil, sino también a la teología y al compromiso cristiano con la creación. Es un tema clave para la humanidad y ha sabido darle el lugar que merece.
Hablemos del papel de la mujer en la Iglesia. ¿Cree que Francisco ha hecho lo suficiente en este aspecto?
No, creo que es su punto más flojo. Se han dado pasos, pero son insuficientes. Se formó una comisión para estudiar el diaconado femenino, pero tras años de trabajo no se ha llegado a ninguna conclusión clara. Francisco ha mostrado preocupación porque las mujeres tengan más responsabilidades en la Iglesia, pero en lo sacramental seguimos al margen. Hay una gran contradicción en este sentido, y se necesitan cambios profundos.
¿Cuáles serían esos cambios necesarios?
La historia de la Iglesia muestra que las mujeres han tenido un papel importante desde el principio. No se trata solo de mirar al pasado, sino de entender qué pide la sociedad actual y la evolución del Evangelio. Muchas mujeres en la Iglesia estamos descontentas porque vemos que los cambios son demasiado lentos. No basta con nombrar a una mujer en un cargo alto, lo que necesitamos es un reconocimiento real de nuestros derechos dentro de la Iglesia.
“Como mujer, deseo un Papa cercano, que escuche a la sociedad, a las mujeres y a la propia Iglesia”
¿Le decepciona que no haya avanzado más en este tema?
Sí, esperaba más. Ha habido algunos gestos, pero no cambios estructurales. Es necesario que la Iglesia reconozca de verdad la igualdad del bautismo y permita que las mujeres accedan a ciertos ministerios sin restricciones arbitrarias.
¿Qué retos considera fundamentales para el próximo Papa y cómo le gustaría que fuera el futuro de la Iglesia?
Como mujer deseo un Papa más cercano, que escuche a la sociedad, a las mujeres y a la propia Iglesia. Hace falta mayor presencia femenina dentro de la institución. Además, quedan muchos otros retos pendientes, como continuar con la conciencia sobre la ecología, la violencia y la paz en el mundo.
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