La empresa húngara BAC Consulting, que ha sido señalada como la fabricante de los buscapersonas del grupo chií Hizbulá que explotaron el martes, es una entidad fundada en 2022, con un único empleado y que en 2023 tuvo unos beneficios de 46.396 euros, el triple que el año anterior.

BAC Consulting, que funciona como una sociedad de responsabilidad limitada, según la página de información empresarial companywall.hu, fue fundada en Budapest en 2022 y cuenta con una sede en esa ciudad.

En el primer año de su funcionamiento, la facturación de la empresa fue de 668.309 euros, mientras que en 2023 bajó a 545.558.

Pese a esa caída de ingresos, la compañía triplicó sus beneficios de los 14.630 euros de 2022 hasta los 46.396 en 2023.

El portal independiente Telex.hu informa de que la sede de BAC se encuentra en un inmueble que aloja a diferentes entidades.

Desde editar periódicos a fabricar azúcar

La empresa, según su página, se ocupa de muy variadas actividades, desde la edición de periódicos hasta las relacionadas con la industria petrolera, la fabricación de azúcar y servicios de informática.

La empresa taiwanesa Gold Apollo, dueña de la marca de los buscapersonas que explotaron, ha asegurado que cedió a BAC el uso de la marca y que es la compañía húngara la que diseñó y fabricó los aparatos.

La cadena televisiva estadounidense NBC News pudo hablar con la gerente y propietaria de BAC, Cristina Bársony-Arcidiacono, quien negó haber fabricado los buscapersonas, según recoge el portal 444.hu.

"Yo no fabrico los buscapersonas, sólo soy un intermediario. Algo se habrá malinterpretado", dijo Bársony-Arcidiacono.

Sea como sea, poco después de que la prensa señalara a BAC como el posible fabricante de los aparatos, la entidad bloqueó su página web, a la que actualmente es imposible acceder.