El superintendente de la Policía de Irlanda del Norte (PSNI), Simon Byrne, ha dimitido de su cargo como consecuencia de varios escándalos que han sacudido al cuerpo, como la reciente filtración de datos personales de miles de agentes.

La Junta Supervisora de la PSNI confirmó este lunes que Byrne dejará el puesto "con efecto inmediato" y le agradeció su trabajo al frente de la Policía autónoma de la provincia británica "durante los últimos cuatro años".

"Sin duda, es un oficial de policía dedicado y con un gran respeto por la profesión", señaló en una conferencia de prensa en Belfast la presidenta de la junta, Deirdre Toner.

Byrne ha atravesado unas semanas "increíblemente difíciles", agregó Toner, en referencia al hecho de que la filtración masiva de datos ocurrida el pasado mes ha caído en manos de grupos disidentes del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).

Asimismo, un tribunal norirlandés determinó la pasada semana que el ya ex superintendente había disciplinado ilegalmente a dos agentes que arrestaron en 2021 a una víctima de un ataque terrorista durante una ceremonia en recuerdo de aquella acción, cometida en 1992 por paramilitares protestantes.

El juez instructor señaló que Byrne cedió a presiones para mantener así el apoyo del mayoritario partido Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, a la PSNI.

En respuesta a esta situación, el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), segunda fuerza regional, elevó la tensión al pedir la pasada semana la dimisión de Byrne, al tiempo que el sindicato policial preparaba una moción de censura contra él.

Un "error humano"

La PSNI reconoció el pasado 9 de agosto que un "error humano" permitió la publicación de los datos personales de todos los agentes y trabajadores del cuerpo, detallando, por ejemplo, sus nombres y apellidos, su rango o grado y la localización de sus departamentos.

La filtración "accidental", que se produjo al tramitar una solicitud formulada en virtud de la ley Libertad de Información se publicó "online" pero fue retirada horas después, precisó el cuerpo.

Desde entonces, la PSNI ha detenido a varias personas y una de ellas ha sido acusada de poseer material que "podría ser útil" para terroristas, vinculado a la citada filtración de datos.

Las escisiones republicanas, opuestas al proceso de paz y la vía democrática, han advertido de que cualquier miembro de la PSNI, ya sea unionista probritánico o nacionalista proirlandés, es un objetivo legítimo en el marco de la lucha armada contra el Reino Unido.

Además, el funcionamiento de la PSNI depende en gran medida del apoyo político de los principales partidos desde su refundación en 2001, tras la desaparición del antiguo Royal Ulster Constabulary (RUC), una fuerza integrada casi exclusivamente por protestantes y considerada como sectaria por la comunidad católica-nacionalista.