El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, anunció este viernes que reducirá los días de visita para ciertos presos palestinos a sólo uno cada dos meses, provocando indignación entre autoridades palestinas, que advierten sobre posibles repercusiones negativas.

"Los familiares de presos de seguridad (acusados de delitos relacionados con el terrorismo) pueden visitarles en la cárcel una vez cada dos meses, y no como se había permitido hasta ahora, una vez al mes", escribió Ben Gvir en la red social X (antes Twitter).

Argumentó que el servicio penitenciario se había "desviado de las disposiciones de la ley y el orden".

"Tan pronto como me enteré de este hecho (...) ordené actuar de acuerdo con la ley", añadió el ministro, conocido por su retórica racista antiárabe.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, así como el Ejército y el Servicio Penitenciario, estarían en desacuerdo con esta medida, que se espera entre en vigor el próximo domingo, según medios locales, pues anticipan que podría exacerbar la ola de violencia que se vive en la zona en el marco del conflicto palestino-israelí.

Para Husein al Sheikh, secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación Palestina (OLP), se trata de "medidas racistas" que podrían acarrear "situaciones explosivas".

"Esto requiere una retractación inmediata y la intervención directa de las organizaciones internacionales de derechos humanos y de la Cruz Roja Internacional", recalcó en la red X.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Asuntos de Presos Palestinos, Qadura Fares, condenó lo que considera el "enfoque racista y de represalia" de Ben Gvir, impulsado "por el deseo de infligir sufrimiento a los prisioneros y sus familias".

"Esta decisión socava los derechos básicos de los prisioneros palestinos, en clara violación tanto de las leyes israelíes como de las normas jurídicas internacionales", aseguró en un comunicado, difundido por la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.

Según Fares, la decisión de Ben-Gvir convierte las condiciones de vida de los presos "en un campo de batalla político y un desafío a la voluntad del pueblo palestino".

Advirtió que acarreará una "confrontación con la ocupación israelí, en la que participarán todas las facciones, fuerzas e instituciones palestinas afines a la causa de los prisioneros".

Si bien la política oficial del servicio penitenciario permite las visitas cada dos meses, en los últimos años las mensuales han sido la norma gracias a la intervención de organizaciones internacionales.

Recientemente, Ben Gvir canceló la liberación de presos palestinos enfermos y ancianos cuyas sentencias por delitos leves están a punto de cumplirse, a pesar del hacinamiento en las prisiones. Además, propone la pena de muerte para algunos delitos.

Líder del partido Poder Judío, Ben Gvir es pieza clave del actual gobierno -el más derechista de la historia de Israel-, y fue acusado más de 50 veces y condenado en ocho ocasiones por disturbios, vandalismo, incitación al racismo antiárabe y apoyo a una organización terrorista.