- Los combates entre el ejército turco y las milicias kurdas del YPG (Unidades de Protección Popular) se intensificaron ayer en el norte de Siria, controlado por Turquía desde 2018, al tiempo que Ankara se prepara para una nueva intervención a gran escala para la que reclama respaldo de la OTAN. Tras recibir fuego de acoso del YPG, las fuerzas turcas respondieron, causando 11 bajas, señala un tuit del Ministerio de Defensa turco, que muestra imágenes de disparos desde tanques y de soldados con armas automáticas.

La aparente intensificación de los combates en esta zona, donde siempre ha habido ocasionales tiroteos desde que Turquía tomó el control en octubre de 2018, expulsando a las YPG, va parejo con las advertencias del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de que quiere ampliar las zonas bajo dominio turco en Siria.

El pasado lunes, Erdogan le explicó por teléfono a su homólogo ruso, Vladímir Putin, la “necesidad” de imponer el control turco también en las zonas que Ankara no consiguió “limpiar de terroristas” en la campaña de 2019.

Pero no cumplió el objetivo de conectar esta franja con los territorios conquistados en la primera intervención turca en Siria, lanzada en agosto de 2016, que puso fin al dominio de las milicias yihadistas Estado Islámico (EI) al oeste del río Éufrates.

Aunque Erdogan señaló que la meta general era controlar una franja a lo largo de toda la frontera turcosiria para evitar ataques, ahora precisa que el objetivo de la próxima intervención serían dos zonas al norte y noreste de Alepo.

Aunque hasta ahora, los países europeos han mostrado su desaprobación de las intervenciones turcas en Siria contra las milicias kurdas, aliadas de Estados Unidos en la lucha contra los yihadistas, Erdogan señaló que esta vez espera un claro respaldo de la OTAN. Es una de las condiciones que Ankara exige a cambio de dar el visto bueno al ingreso de Suecia y Finlandia en la Alianza Atlántica. “Veremos quién apoya las medidas de seguridad legítimas de Turquía, veremos quién intenta ser un obstáculo. La postura de Turquía respecto al ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN no es oportunismo sino una cuestión de principios de lucha contra el terrorismo”, dijo.

Si Moscú se niega a facilitar el avance de las tropas turcas, la OTAN se vería ante el dilema de o bien prepararse para un enfrentamiento con Rusia en Siria, o asumir un veto. l